UNA HERENCIA FOTOGRÁFICA
En otra vida, Frida se habría vuelto fotógrafa debida a la influencia que este arte tenía en su familia paterna y materna. Para iniciar, su abuelo paterno Jakob Kahlo era un joyero que también vendía suministros fotográficos. Por otro lado, su abuelo materno Antonio Calderón era fotógrafo profesional. [1] Sin embargo, la influencia más cercana y significativa la tuvo a través de su padre Guillermo.EL FOTÓGRAFO DEL GOBIERNO
Wilhelm Kahlo emigró de Alemania a México a los 19 años con la ayuda de su padre. Una vez ahí, cambia su primer nombre a su versión en español (Guillermo). Luego de la muerte de su primera esposa, se casa con Matilde Calderón, madre de Frida. Su suegro le enseñaría el arte de la fotografía, con lo cual eventualmente se convierte en fotógrafo profesional. [2]
Como fotógrafo abrió un estudio, especializándose en “…paisajes, edificios, interiores, fábricas, etc. …” trabajando bajo encargo en “…cualquier … punto de la república”. Uno de estos encargos fue solicitado por el Secretario del Tesoro de Porfirio Diaz (José Ives Limantour), quien deseaba realizar una documentación fotográfica de monumentos arquitectónicos de la época prehispánica y colonial. [1] [2] Durante cuatro años, de 1904-1908, Guillermo tomó más de 900 placas de vidrio que él mismo preparó. Por este trabajo ha sido reconocido como el “primer fotógrafo oficial del patrimonio cultural de México”. Las fotografías estaban destinadas a ilustrar un libro festejando el centenario de la independencia (algo que finalmente no sucedió debido a la Revolución Mexicana). [1]
Aunque retrataba a miembros de su familia y del “gobierno” de Diaz (además de los muchos autorretratos que tomó durante su vida hasta la vejez), prefería no dedicarse a este género fotográfico porque decía que no quería mejorar lo que Dios había hecho feo (probablemente como broma, aunque debido a su personalidad un poco excéntrica lo pudo haber dicho en serio). [1]
GUILLERMO Y FRIDA
Padre e hija tenían una muy buena relación. La profesión y la afición a la pintura de Guillermo tuvieron una enorme influencia sobre el arte de Frida. Con él aprendió, de pequeña, a usar la cámara, revelar, retocar y colorear fotografías. Esta experiencia también le enseñó composición fotográfica, algo que pondría en práctica en sus pinturas. [2] También a una temprana edad, Frida acompañaba a su padre (quien sufría de epilepsia) durante sus salidas fotográficas. Con un poco de angustia relata que “Muchas veces, cuando iba caminando con su cámara al hombro y yo de la mano, se caía de repente. Aprendí a ayudarle durante sus ataques en plena calle. Por un lado, me aseguraba de que respirara inmediatamente alcohol o éter y, por otro, vigilaba para que no le robaran la cámara.” [1] Otra influencia grande de Guillermo en el estilo artístico de Frida es la gran cantidad de autorretratos que él tomó hasta su vejez.
LOS FOTÓGRAFOS Y SU ARCHIVO
Su vínculo con la fotografía se mantuvo siempre presente a través de la relación de amistad que entabló con varios de los grandes fotógrafos del siglo XX, entre los cuales podemos mencionar a Manuel y Lola Álvarez Bravo, Imogen Cunningham. Gisèle Freund, Fritz Henle, Tina Modotti, Martin Munkácsi (el referente de Cartier-Bresson), Nickolas Muray y Edward Weston, para quienes también posó en numerosas ocasiones.
Frida también tenía una pasión por coleccionar fotografías. Durante el transcurso de su vida guardó con mucho cuidado retratos de gente cercana y fotografías de la colección de su padre no solo por motivos sentimentales, sino también para usarlas como base para muchas de sus pinturas. [3] Dentro de su archivo se encuentran fotografías y retratos recibidos de grandes personalidades del siglo pasado, incluyendo a André Breton, Marcel Duchamp, Henry Ford, Georgia O’Keefe y Alfred Stieglitz, Man Ray y Leon Trotsky entre otros.
LA FRIDA FOTÓGRAFA
Adicional a esto, se conocen unas pocas fotografías que la propia Frida tomó (las que ilustran esta última sección). Dentro de estas encontramos un retrato, un bodegón, una imagen algo más artística/conceptual (probablemente haciendo alusión a su infame accidente), un par de instantáneas/vernáculas y la última, que serviría como base para su pintura “El sueño (la cama)” (1940), aunque es difícil saber si la tomó con ese propósito o si fue un uso que encontró para ella un poco más adelante.