En la Exposición I hablamos de qué es la exposición. En la segunda parte aprendimos acerca de la apertura. Es hora de hablar de la segunda variable que controla nuestra exposición: el tiempo.
El tiempo de exposición o velocidad de obturación se refiere a cuánto tiempo dejaré que la parte fotosensible de la cámara (sensor o película) reciba luz. Por las razones que sean, puedo decidir tomar una fotografía con un tiempo de 8 horas u 8 minutos u 8 segundos o 1/8 de segundo para dar más o menos luz a la foto. Tal y como lo hicimos con la apertura, acá también ignoraremos las demás variables para explicar este concepto.
La relación entre el tiempo y la cantidad de luz en una fotografía es muy directa e intuitiva: entre más tiempo usemos, más luz llegará a la fotografía. Una fotografía con 2 minutos de velocidad tiene más luz que una con 30 segundos. Una fotografía con 1/2 (medio segundo) de velocidad tiene menos luz que una con 3 segundos. Cuando dejamos de hablar de números enteros la relación podría volverse un tanto confusa ya que no estamos tan acostumbrados a pensar en fracciones pero la relación se mantiene. Una fotografía con 1/125 de velocidad tiene menos luz que una con 1/30. Una fotografía con 1/250 de velocidad tiene más luz que una con 1/2000.
En los ejemplos de abajo, 1/15 nos da una fotografía bien expuesta según la cantidad de luz que había en la escena en ese momento. Al usar un valor de 1/4, dejamos que el sensor recibiera luz durante más tiempo y por eso se ve sobreexpuesta. Al usar un valor de 1/60 dejamos que el sensor recibiera luz durante menos tiempo y por eso se ve subexpuesta.
Ahora que entendemos qué hacen la apertura y la velocidad, en nuestra próxima entrada hablaremos de la tercera variable que hasta ahora no hemos mencionado.