En la entrada anterior hablamos de las generalidades de la exposición. Resumiendo, se refiere a la cantidad de luz en una fotografía. Si no se realiza correctamente, nuestra imagen puede salir subexpuesta (con poca luz) o sobreexpuesta (con mucha luz). Mencionamos también dos de las variables que podemos usar para controlarla. En esta entrada hablaremos de la primera: la apertura.
La apertura o abertura es, como sugiere el nombre, el agujero a través del cual va a entrar la luz hacia nuestra superficie fotosensible. Este agujero o apertura se encuentra en el lente u objetivo de la cámara. Antes de continuar, aclaro que por ahora vamos a ignorar las demás variables para explicar cómo funciona.
Visualmente es muy fácil e intuitivo entender la relación entre la apertura y la cantidad de luz que entrará para una fotografía. Entre más grande es la apertura físicamente, más luz entrará en la cámara. Entre más pequeña es físicamente, menos luz entrará en la cámara. La relación se vuelve confusa (solo al inicio) cuando usamos los valores de f, que son la medida oficial para hablar de las aperturas.
Los valores de f son fracciones y al entender esto se vuelve más fácil comprenderlos. Un valor o apertura de f/2 tiene más luz que un valor o apertura de f/11. Un valor o apertura de f/16 tiene menos luz que un valor o apertura de f/5.6.
En los ejemplos de abajo, f/4 nos da una fotografía bien expuesta según la cantidad de luz que había en la escena en ese momento. Al usar un valor de f/2, abrimos el diafragma dejando entrar más luz y por eso se ve sobreexpuesta. Al usar un valor de f/8, cerramos el diafragma dejando entrar menos luz y por eso se ve subexpuesta.



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