INTRODUCCIÓN
El arte moderno o modernismo es un término amplio que abarca muchos movimientos artísticos de vanguardia como el Impresionismo, Expresionismo, Cubismo y Surrealismo entre muchos otros. Surge a finales del siglo XIX y principios del siglo XX como una respuesta a los cambios tecnológicos, económicos, sociales, científicos y culturales de la época. El mundo se estaba conectando de manera tal que el flujo e intercambio de información era más rápido y con mayor alcance. Las ideas de Darwin, Marx, Nietzsche y Freud comenzaban a encontrar espacios e influencia en la sociedad y en el mundo del arte. El arte moderno toma raíz a partir de una tendencia donde comienza a darse el fin del arte en servicio de Dios o la nobleza, dándole más protagonismo al artista y a sus propios sentimientos e ideas. Otra de sus características era que los artistas comenzaban a realizar una examinación crítica del arte en sí, lo cual incentivaba la experimentación y la exploración de las capacidades expresivas de sus medios [1], [2].
LA FOTOGRAFÍA
A pesar de haber sido inventada a inicios del segundo cuarto del siglo XIX, la fotografía era la personificación de varias de las ideas detrás del modernismo: era una intersección entre ciencia, tecnología y arte, era básicamente instantánea, poseía un gran potencial para la manipulación y experimentación y, como veremos a continuación, también resultó ser un catalizador para la evolución de otras formas artísticas. No obstante, durante el resto del siglo y hasta principios del siguiente pasó la mayor parte de su tiempo buscando una identidad propia, imitando a la pintura en busca de ser reconocida como arte (algo que finalmente lograría en el siglo XX).
INFLUENCIA DE LA FOTOGRAFÍA EN EL ARTE MODERNO
Aún dentro de ese período de búsqueda, la fotografía tuvo una influencia muy grande en la obra de muchos artistas modernistas. Un ejemplo es Nu descendant un escalier n° 2 (1912) de Marcel Duchamp. Su origen está en las secuencias fotográficas de Étienne-Jules Marey [3] (a quien ya hemos mencionado dos veces, acá y acá) y de Eadweard Muybridge (de quien también hemos hablado acá y acá).
Otro ejemplo es la pintura de Picasso Les Demoiselles d’Avignon (1907), la cual se considera como la precursora del cubismo. Picasso se encontraba en ese momento en su Período africano y sacaba inspiración, entre otras cosas, de las postales fotográficas de Edmond Fortier, un fotógrafo francés radicado en Dakar [3]. De hecho, muchas de sus obras fueron inspiradas directamente por la fotografía como técnica/arte y por fotografías no solo de otros fotógrafos, sino también de él mismo.
Salvador Dalí fue otro de los grandes artistas que acogieron a la fotografía con los brazos abiertos y la utilizaron como medio de expresión. En 1927 publica un artículo titulado “La fotografía, pura creación del espíritu” en el cual expresa su fascinación por este medio visual [4]. En 1948 colabora con el fotógrafo Philippe Halsman para crear “Dalí Atomicus”, una de las grandes obras del surrealismo.
La fotografía también contribuyó a la creación artística de pintores como Delacroix, Ingres, Courbet y Degas, quienes la usaron como fuente de inspiración, como base o complementando o sustituyendo los bocetos para sus obras [2].
Otro aporte al arte moderno se dio con la popularización de la fotografía y la fabricación de cámaras cada vez más pequeñas, liberando nuestra visión de un trípode y de puntos de vista y composiciones pulcras, lo cual originó una estética novedosa en las artes visuales.
Fuentes
[1] Childs, P. (2000). Modernism. Londres, Nueva York: Routledge
[2] Gardner, H. & Kleiner, F. (2016). Gardner’s Art through the ages: a global history. Boston, MA: Cengage
[3] Hirsch, R. (2017). Seizing the light. A social & aesthetic history of photography (3a. Ed.). Nueva York, NY: Routledge, Taylor & Francis Group
[4] Trachtenberg, A. (1980). Classic essays on photography. New Haven, CT: Leete’s Island Books