Pie de foto de la fotografía destacada: Linda, la Lama, vuelve a casa por Broadway. Acaba de regresar de un programa de televisión en los estudios de la A.B.C. de Nueva York y ahora echa una mirada relajada y de cuello largo a las luces de una de las calles más famosas del mundo. [1]
Casualmente, la entrada de hoy y la de la semana pasada tienen tres cosas en común: la ligereza de la imagen destacada, la autoría por parte de mujeres que pertenecieron a la Agencia Magnum y la robustez de su trabajo que escapa de la sombra de sus esposos muchísimo más famosos e incluso más admirados que ellas. En esta entrada, conocemos a Inge (la fotógrafa) y a Linda (la hermosa, despampanante y glamorosa estrella de la fotografía).
Inge Morath (1923-2002) fue una fotógrafa austriaca que llevó una vida fascinante. Además de ser una excelente fotógrafa, fue también una talentosa escritora y traductora. De hecho, su carrera inició como periodista, dramaturga y editora en diversas publicaciones escritas y radiales en Alemania y Austria. Trabajando para Heute, Morath conoció al gran Ernst Haas, forjando una estrecha colaboración que llevó a ambos a la Agencia Magnum*. Morath no solo solía acompañarlo en el campo, sino que también le brindaba ideas para sus series fotográficas y escribía textos que acompañaban a sus fotografías. [2] Por esta razón, Morath ingresó inicialmente a la Agencia no como fotógrafa, sino como editora.
*Morath fue tanto la primera como la segunda mujer en ser aceptada en la agencia. Primera en ser admitida como miembro y segunda en ser invitada a ser asociada. Como expliqué en otra entrada, el proceso para pertenecer a Magnum posee tres etapas: en la primera, un miembro nomina a un fotógrafo. En la segunda, el nominado pasa a ser asociado. En la tercera, el asociado finalmente pasa a ser miembro, un título vitalicio.
TRANSICIÓN A LA FOTOGRAFÍA
Según dos fuentes, Morath se inició en la fotografía de diversas maneras. Estando en Londres, trabajó como asistente de Simon Guttmann (uno de los directores pioneros de agencias fotográficas), con quien aprendió las bases del trabajo fotográfico de agencias y del trabajo en cuarto oscuro. [2] Más adelante, trabajó como asistente de Henri Cartier-Bresson**, quien también desarrolló el rol de mentor y tutor fotográfico. En otro recuento, se dice que Morath (siendo ya asociada de Magnum) presenció una escena digna de fotografiar, y enseguida llamó a Robert Capa para solicitar un fotógrafo. Capa respondió que fuese ella quien fotografiara la escena, lo cual hizo con la vieja Contax de su madre. [3]
**Morath también comentó que aprendió a fotografiar estudiando las hojas de contacto de Cartier-Bresson: “Pienso que aprendí a fotografiar estudiando su trabajo, mucho antes de comenzar a usar la cámara.” [3]
Aunque en la agencia había mucha oportunidad para fotografiar situaciones de guerra, Morath se rehusó a fotografiarla debido a que vivió los horrores de la Segunda Guerra Mundial. “Todo el mundo estaba muerto o medio muerto. Pasé junto a caballos muertos, junto a mujeres con bebés muertos en brazos. No puedo fotografiar la guerra por esta razón.” [4]
OTROS DATOS INTERESANTES DE SU VIDA
-Fue apedreada mientras fotografiaba a hombres orando en Medio Oriente (esta anécdota le hacía reír, ya que no fue lastimada). [4]
-Siendo una talentosa nadadora, salvó al actor Audie Murphy de ahogarse, utilizando las correas de su sostén para llevarlo a tierra firme. [4]
-Fue la tercera esposa de nada más y nada menos que Arthur Miller*** (a quien conoció fotografiando “The Misfits”, una película protagonizada por la misma Marilyn Monroe), [4] estrechando aún más su vínculo con la escritura/literatura.
***En otro dato más o menos interesante, su hija Rebecca Miller (escritora y directora de cine) es la esposa de Sir Daniel Day-Lewis
LA FOTOGRAFÍA
La imagen destacada fue tomada a partir de un encargo de la revista LIFE, y fue publicada como parte de un cómico (y breve) reportaje acerca de animales actores, incluyendo canguros y hasta un vombátido. Lo curioso es que todos estos animales vivían en el propio apartamento de sus dueños/entrenadores (algo ilegal hoy en día, al menos en el estado de Nueva York). La lama se llamaba Linda y, según el artículo, “cobraba” $100 (unos $1000 de hoy en día) por sus servicios profesionales de modelaje. [5]
Y en un claro ejemplo de que la belleza, la fama y el dinero no pueden comprar o sustituir a la elegancia y los buenos modales, el artículo de LIFE culmina con un decepcionante y vergonzoso detalle acerca de Linda: solía escupir a los fotógrafos. [5]
Fuentes
[1] Lubben, K. (Ed.). (2014). Magnum Contact Sheets. Londres, Inglaterra: Thames & Hudson
[2] Warren, L. (2006). Encyclopedia of twentieth-century photography. Nueva York: Routledge
[3] Friedewald, B. (2014) Women Photographers: from Julia Margaret Cameron to Cindy Sherman. Múnich: Prestel-Verlag
[4] Wadler, J. (1998, marzo 18). PUBLIC LIVES; Adventurer With Brightly Colored Stories. The New York Times. Recuperado de: https://www.nytimes.com/1998/03/18/nyregion/public-lives-adventurer-with-brightly-colored-stories.html
[5] LIFE. (1957, diciembre 2). High-paid llama does modeling in the city. LIFE