Robert Mapplethorpe (1946-1989) fue un fotógrafo estadounidense conocido no solo por sus retratos y bodegones, sino también por sus fotografías mostrando y explorando temas homoeróticos. En esta entrada conoceremos una pequeña parte de su trabajo a través de la historia detrás de su retrato de Patti Smith para uno de los discos punk más influyentes en la historia del género. A la vez, sirve como introducción a la entrada que publicaré la próxima semana.
A pesar de ser uno de los fotógrafos más famosos del siglo pasado, es interesante saber que hasta 1969, Mapplethorpe no consideraba a la fotografía como arte y tampoco estaba interesado en practicarla seriamente. Esto cambió cuando conoció a una artista (Sandy Daley) quien lo introdujo al trabajo de fotógrafos famosos y a su Polaroid, con la cual Mapplethorpe inició su aventura fotográfica (capturando flores*). [1]
*Paradójicamente, en varias ocasiones expresó: “Odio a las flores”. [1]
La carrera de Mapplethorpe se vio beneficiada no solo por su relación con Daley, sino también por la que forjó con dos curadores de arte: John McKendry y Sam Wagstaff. El primero le regaló su primera Polaroid y el segundo una Hasselblad**. Aunque su relación con McKendry fue más platónica (y breve), con Wagstaff fue más intensa, sexual y longeva. Wagstaff fue instrumental en elevar el perfil de Mapplethorpe como artista y fotógrafo, y su relación duró hasta la muerte de Wagstaff en 1987. La cercanía entre ambos fue tal que gran parte de su patrimonio lo heredó a Mapplethorpe. [1]
**Puede argumentarse que Mapplethorpe simplemente los utilizó a los tres. Daley una vez dijo: “Ayudé a lanzar [las carreras de] Robert y Patti. Les metí en el MET, luego siguieron sin mí”. Con respecto a Wagstaff, el propio Mapplethorpe dijo: “Si Sam no hubiera tenido el dinero, quizá no me hubiera involucrado con él.” [1]
Aunque la fotografía destacada de esta entrada es muy conocida y admirada, Mapplethorpe es más conocido por sus fotografías abiertamente sexuales de hombres, muchos de los cuales fueron sus amantes. De particular interés son sus fotografías de afroamericanos, ya que por un lado se ven como progresistas en cierto modo debido al racismo que ha imperado en Estados Unidos desde hace siglos (especialmente en esa época), pero a la vez, muchos lo ven como explotación al usarlos únicamente como utilerías para sus propios gustos y deseos. Lo complicado es que existen reportes de que el propio Mapplethorpe tenía ideas y actitudes inequívocamente racistas. [1]
UNA LARGA RELACIÓN
Mapplethorpe y Smith se conocieron en Nueva York en 1967 a través de varios encuentros fortuitos cuando ambos eran completamente desconocidos y vivían casi en pobreza. Desde el inicio congeniaron tan bien que se volvieron amigos, amantes, colaboradores y almas gemelas. Y aunque su relación amorosa terminó cuando Mapplethorpe finalmente comenzó a aceptar su verdadera sexualidad, continuaron siendo amigos cercanos hasta su muerte en 1989.
La colaboración artística entre ambos podría haber iniciado en 1973 con la publicación del libro de poesía “Witt” de Smith.
No obstante, su colaboración más influyente y conocida sería la que se muestra en la imagen destacada de esta entrada.
LA PORTADA
La portada es un retrato de Smith tomado por Mapplethorpe en el penthouse de Wagstaff. Al no tener mucha experiencia con luces artificiales, Mapplethorpe prefería trabajar con luz natural. El apartamento de Wagstaff estaba pintado todo de blanco, una de las razones por las cuales Mapplethorpe lo utilizaba como estudio. Él ya había detectado un triángulo de luz que se formaba a cierta hora del día, y quería aprovecharlo para la fotografía. [1] En cuanto a cómo fue tomada, tenemos la versión del propio Mapplethorpe y la de Smith.
LA FOTOGRAFÍA SEGÚN MAPPLETHORPE
Antes de la toma fue a tomar café con Smith a una cafetería cercana. Al ver que se hacía tarde, salieron corriendo al apartamento con Mapplethorpe exclamando “¡La luz! ¡No podemos perder la luz!” Al llegar, Wagstaff preparaba chocolate caliente para Smith. Cuando Mapplethorpe la vio bebiendo, se quejó diciendo “¡Genial! Ahora tus dientes aparecerán cafés en la fotografía”, ante lo cual Smith respondió que no pensaba sonreír, así que no habría problema. Seguidamente Mapplethorpe le preguntó si quería peinarse, algo que Smith finalmente no hizo. Luego, éste la posicionó delante del triángulo de luz y comenzó a tomar las fotografías. [1]
LA FOTOGRAFÍA SEGÚN SMITH
La propia Smith ha contado una historia similar acerca de la toma. Comenta que siempre supo que Mapplethorpe sería el encargado de tomar la fotografía de la portada. No tenía idea de cómo se vería, pero sabía que tenía que ser “verdadera”. Lo único que se planificó fue que llevaría una camisa blanca*.
*La camisa la compró en una tienda de caridad, y al ver el monograma en el bolsillo, le recordó un retrato que Brassaï hizo al novelista Jean Genet.
El día de la toma se levantó tarde y se apresuró para prepararse y esperar a Mapplethorpe. Al llegar, éste le expresó su preocupación por el clima, ya que estaba nublado. Pronto salieron y se sentaron en un café para comer y esperar a que el clima mejorase. Al final de la tarde, el cielo comenzó a aclararse. En ese momento se dirigieron al apartamento de Wagstaff, y como Mapplethorpe estaba preocupado por no perder la luz, corrieron hasta llegar a su destino.
Smith recuenta que jamás hablaron de lo que harían o de cómo se vería la imagen. Él tomaría la fotografía y ella posaría. “Yo tenía mi apariencia en mente. Él tenía a la luz en la suya. Eso fue todo.”
Cuando ambos estuvieron listos, Mapplethorpe la colocó ante el triángulo de luz. Luego algo sucedió con su exposímetro y se agitó un poco. Tomó unas pocas fotografías y se olvidó de él. Luego dijo “¿Sabes? Me gusta la blancura de la camisa. ¿Podrías quitarte el saco?” y Smith se lo puso al hombro, “… estilo Frank Sinatra.” Al cabo de unas fotografías, Mapplethorpe dijo “Ya la tengo.” Cuando Smith le preguntó cómo lo sabía, él respondió “Simplemente lo sé.”
Según Smith, Mapplethorpe solo utilizó un rollo (12 fotografías). Diás después, al ver las hojas de contacto y al referirse a la fotografía destacada, éste le dijo “Esta tiene la magia.”
(Toda esta sección fue obtenida de [2])
REACCIONES
Hoy en día, tanto el disco como la portada son considerados icónicos. Sin embargo, Clive Davis, ejecutivo de la disquera Arista, no estaba contento con la fotografía. En la industria discográfica, las mujeres “deben” verse sexis y lindas, o al menos como mujeres. Smith aparecía con ropa de hombre, despeinada, sin maquillaje y con cierta actitud desafiante. Davis inmediatamente quiso deshacerse de la imagen. No obstante, el contrato de Smith le otorgaba el control artístico de sus discos. Davis quiso negociar el retoque de la imagen, ya que Smith pareciera tener bigote en la mitad derecha de su rostro (izquierda desde nuestra perspectiva). Smith se mantuvo firme, y puso de excusa el hecho de que Mapplethorpe, como artista, no dejaba que tocaran sus imágenes. “No lo sabía con seguridad; quizá a él no le hubiera importado, pero a mí sí.” [1]
De la imagen, Smith dijo: “Cuando la veo ahora, no me veo a mí. Nos veo a nosotros.” [2]
Fuentes
[1] Morrisroe, P. (1997). Mapplethorpe: A Biography. Nueva York, NY: Da Capo Press, Inc.
[2] Smith, P. (2010). Just kids. Nueva York, NY: HarpersCollins Publishers Inc.