Mapplethorpe, ¿el obsceno?

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La historia de hoy comienza en 1987, cuando el Southeastern Center for Contemporary Art (SECCA) recibe $15,000 del Fondo Nacional para las Artes (NEA* por sus siglas en inglés) para mostrar de manera itinerante el trabajo de diez artistas, dentro de los cuales se encontraba Andres Serrano** (al mencionarlo, algunos de ustedes ya saben por dónde va el asunto). Casi un año más tarde, el Instituto de Arte Contemporáneo de la Universidad de Pensilvania (ICA por sus siglas en inglés) recibe $30,000 del NEA para una retrospectiva (también itinerante) de Robert Mapplethorpe intitulada “The Perfect Moment”. Estos dos hechos desatarían una de las polémicas más célebres del mundo del arte del siglo XX. [1] 

*Una organización gubernamental, uno de los puntos críticos de esta historia.

**En este blog suelo hacer mención del trabajo de artistas y portadas de discos. Serrano es el autor de las portadas de los discos “Load” y “Reload” de Metallica. En cuanto a qué muestran (o cómo fueron creadas), es mejor que lo busquen por su cuenta si tienen suficiente curiosidad.

EL OJO DE LA TORMENTA

La exposición donde participaba Serrano se mostró sin incidentes en Los Ángeles, Pittsburg y Richmond, Virginia. La de Mapplethorpe inició en Filadelfia y luego viajó a Chicago, donde se exhibió de febrero a abril de 1989. La siguiente parada era la galería Corcoran en Cincinnati.  [1] 

INICIA LA TORMENTA

A medida que el contenido de ambas exposiciones comenzaba a ganar notoriedad, así también crecía la polémica. En el caso de Serrano, la muestra incluía su famoso “Cristo del pis”. En el caso de Mapplethorpe, su retrospectiva no solo incluía su trabajo “inofensivo” como retratos formales y estudios de flores, sino también imágenes explícitas de desnudos y actos sexuales (que además cometían el doble “pecado” de ser homosexuales e interraciales*). Incluidas en esta muestra había también dos fotografías individuales de un niño y una niña mostrando (de manera muy inocente) sus genitales. La muestra de Serrano fue vista por un activista, quien llevó sus protestas (y protestantes) ante el congreso de los Estados Unidos. Una de sus demandas era el despido de la “…persona dentro del NEA responsable de aprobar el uso de impuestos federales.” [1] 

*Aunque debatible, algunos pensaban/piensan que Mapplethorpe y Serrano se vieron envueltos en esta polémica, o fueron blanco fácil, debido a homofobia y racismo (recordemos que Serrano es latinoamericano).

Esta protesta encontró fácilmente a aliados en el congreso en ambos bandos (demócratas y republicanos). A partir de esto, el NEA y Serrano se vieron duramente atacados y criticados por políticos y una parte vocal de la sociedad civil. Y mientras la ira se dirigía inicialmente hacia Serrano, pronto se condujo hacia Mapplethorpe (quien había fallecido unos meses antes). [1] 

CORCORAN

Como ya lo había mencionado, la tercera parada en la gira de “The Perfect Moment” era la galería Corcoran. A pesar de la polémica que las muestras habían desatado en los meses anteriores, la galería estaba decidida a continuar con la apertura de la exposición. En su comunicado de prensa del 30 de mayo, la galería anunciaba que la muestra incluiría más de 150 trabajos incluyendo bodegones, desnudos y retratos. El catálogo incluiría ensayos de curadores y críticos y un poema de Patti Smith. La exposición estaría disponible del 1 de julio al 3 de septiembre y la admisión sería de $3. [2] 

No obstante, la polémica que ya había generado Serrano, aunada a la que continuaba con Mapplethorpe, generó tanta presión que la directora de la galería, Christina Orr-Callahal, anuncia el 12 de junio que la muestra se cancelaba. Defendió su decisión diciendo que ésto no era censura, ya que “[el catálogo] ya está publicado, la exhibición ya se ha mostrado y se mostrará en otros lados. Creo que censura hubiese sido editar la muestra.” Otro motivante fue la presión que el congreso ejercía sobre el presupuesto del NEA, del cual la galería dependía. [3] 

Las reacciones (y consecuencias) de esta acción fueron variadas. Por un lado, el bando a favor de la decisión incluía no solo a miembros del congreso y personas particulares, sino también a curadores y críticos de arte quienes, uno pensaría, estarían en contra de esa especie de censura. Por el otro, la comunidad artística (y la que hoy en día llamaríamos LBGTQ+) mostraron su descontento de manera vocal. Tres días después de la cancelación, una coalición de esta segunda comunidad se congregó en la galería para protestar la decisión. Luego, un día antes de la que hubiese sido la fecha de apertura, la comunidad artística se congregó en las afueras de la galería para protestar, proyectando en sus paredes, a través de diapositivas, las imágenes que eran parte de la exposición. [3] 

Luego de la decisión, la galería perdió prestigio, credibilidad y mucho dinero. El artista Lowell Nesbitt había decidido donar más de un millón de dólares a la galería después de su muerte, medida que fue retractada tras la cancelación de la exposición. Numerosos artistas cancelaron sus exposiciones ya calendarizadas, mientras otros, que consideraban a la galería como opción para presentar su obra, buscaron otras alternativas. [3] 

Para redimirse ante artistas y el público, la galería intenta organizar una exposición sobre la censura, en la cual se incluiría no solo obra de Mapplethorpe, sino también de Serrano. La idea y oportunidad de realizar esta muestra fueron finalmente declinadas por el colectivo que sería el responsable de materializarla. Luego, en septiembre, Orr-Callahan publica una disculpa que no deja completamente satisfechos a artistas. [3] 

Meses más tarde, y ante la enorme presión que pesaba sobre la galería, Orr-Callahan finalmente presenta su renuncia. Tras esto, varios curadores y trabajadores en posiciones administrativas dejan la institución, causando zozobra y moral baja entre quienes continuaban en sus puestos. [3] 

CONSECUENCIAS POLÍTICAS Y LEGALES

Tras la polémica, congresistas intentaron no solo reducir el presupuesto del NEA, sino también eliminar a la institución**. Adicionalmente, agregaron enmiendas a la ley que tenían como objetivo evitar el financiamiento de proyectos artísticos que pudiesen considerarse “obscenos”***. [4] 

** El tratante de arte de Mapplethorpe, Robert Miller, declaró: “Cuando uno piensa en los terrores que Washington genera y envía al mundo, la idea de que la representación del cuerpo humano desnudo pueda resultar perturbadora para Washington parece ridícula.” [3] 

***La definición legal de “obscenidad” deriva del caso Miller v. California, y responde a tres criterios: “(a) si ‘la persona media, aplicando los estándares de la comunidad contemporánea’ consideraría que la obra, en su conjunto, apela al interés lascivo. (b) si la obra representa o describe, de forma manifiestamente ofensiva, una conducta sexual específicamente definida por la ley estatal aplicable; y (c) si la obra, considerada en su conjunto, carece de valor literario, artístico, político o científico serio.”

Más adelante, el Centro de Arte Contemporáneo de Cincinnati (CAC por sus siglas en inglés y español) decidió presentar la exposición de Mapplethorpe. Con los antecedentes de Corcoran, y tras varios incidentes incluyendo llamadas amenazantes e incluso la renuncia del presidente de su junta directiva, el CAC tomó precauciones inusitadas para evitar más polémicas. Evitaron el uso de fondos públicos apoyándose en instituciones privadas, y aumentando el precio de admisión de $2 a $5. También se excluyeron voluntariamente del Instituto de Bellas Artes de Cincinnati, ya que no deseaban dificultar la recaudación de fondos de la cual el instituto dependía. Asimismo, publicaron avisos sobre la naturaleza gráfica de algunas fotografías y prohibieron el ingreso a cualquier menor de edad. Incluso solicitaron a un jurado la examinación de las imágenes controversiales para determinar si eran obscenas o no. Un juez denegó esta petición, y la exposición tuvo que inaugurarse con bastante incertidumbre. [3] 

Como era de esperarse, el día de la inauguración el CAC y su director Dennis Barrie fueron acusados de dos delitos, y más tarde, la policía llegó con una orden de allanamiento para grabar la exhibición. [3] 

Barrie se vio defendido durante el juicio por curadores y otros expertos. Además, los padres de los niños que aparecían desnudos (y que para el juicio ya eran adultos) confirmaron que las fotografías habían sido tomadas con su consentimiento, y además mostraron su conmoción al saber que líderes religiosos y políticos usaban esas fotografías como prueba de abuso infantil. Es más, el niño (Jesse McBride) no solo compartía la opinión de sus padres, sino que también posó desnudo una segunda vez como muestra de apoyo. [3] 

El abogado de Barrie, Louis Sirkin, tuvo que defenderlo bajo una situación bastante difícil: al jurado solo se le permitió observar las imágenes supuestamente obscenas, sin el contexto que el resto de las fotografías de la exposición ofrecían. Los criterios mencionados en Miller v. California hablan específicamente del “conjunto”, pero sin este, la defensa iniciaba en desventaja****. [3] [4] Finalmente, el Jurado declaró no culpables al CAC y a Barrie, y la libertad de expresión “ganó” una importante batalla en una guerra en la cual es (y seguirá siendo) atacada constantemente.

****Para contextualizar la obra, la defensa tuvo que recurrir a testigos que describieron verbalmente la exposición para el jurado. [4] 

Fuentes

[1] Bauerlein, M. y  Grantham, E. (Eds.). (2009). National Endowment for the Arts: a history, 1965-2008. Washington, DC: National Endowment for the Arts

[2] The Corcoran Gallery of Art. (1989, mayo 30). Robert Mapplethorpe: The Perfect Moment. [Comunicado de prensa]

[3] Dubin, S. C. (1993). Arresting images. London, England: Routledge

[4] DuBoff, L. et al. (2005). Deskbook of art law. Dobbs Ferry, NY: Oceana Publications, Inc.

[5] Sirkin, L. (2016, junio 8). I Defended Mapplethorpe in the Trial that Drew the Line between Art and Obscenity. Recuperado de: https://blogs.getty.edu/iris/i-defended-mapplethorpe-in-the-trial-that-drew-the-line-between-art-and-obscenity/

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