Ormond Gigli (1925-2019) fue un fotógrafo comercial y de modas estadounidense que trabajó para varias de las revistas más importantes de su época como LIFE, Time y Paris-Match. Aunque fotografió a muchas celebridades, su fotografía más famosa (una ecléctica mezcla de fotografía de modas, artística y hasta documental) no posee a personas reconocibles.
LA OPORTUNIDAD
Aunque a primera vista parece ser una fotografía de modas por encargo, en realidad es producto de improvisación, curiosidad y su propia sensibilidad artística. Su estudio fotográfico estaba situado justo al otro lado de la calle, y un día se percata de que están por demoler el edificio de en frente (es por ello que no hay vidrios en las ventanas). Esto lo ve como una oportunidad, y enseguida habla con el encargado de la demolición, quien le da el visto bueno para realizar una fotografía (no sin antes pedir que su esposa apareciese en ella*). [1]
*Es la tercera de izquierda a derecha en el tercer nivel. [2]
LA TOMA
Al día siguiente, la toma se lleva a cabo durante el descanso de los trabajadores. Gigli, con un megáfono, dirige a las modelos desde la escalera de incendio de su edificio. [1]
Un dato interesante de la fotografía es que, al no ser un encargo, tuvo que ingeniárselas para materializar su visión artística. Debido a sus conexiones con una agencia de modelaje y su estatus de fotógrafo de las revistas más importantes de la época, las modelos que posaron lo hicieron cobrando $1 por todo el tiempo. [2] Además de modelos, colaboraron amigas y su propia esposa** Dada la premura de la situación, todas tuvieron la oportunidad de llevar la ropa, [3] peinado y maquillaje que quisieron. [2]
**En una entrevista, indica que su esposa es la segunda de derecha a izquierda en el vestido rosa en el tercer piso [1], en otra indica que es la primera de derecha a izquierda en el vestido rosa en el segundo piso. [4]
El vehículo (un Rolls Royce con todo y chofer) ayuda a dar más glamur a la toma. Para esto también tuvo que coordinar no solo el vehículo, sino el permiso de la ciudad para parquearlo en una zona peatonal durante las dos horas que duró la toma. [3] Otro detalle de última hora está cerca del vehículo, con el parche fresco de cemento que está tapando un hoyo que los trabajadores tuvieron que abrir para realizar su trabajo. [2]
En cuanto a la toma en sí, Gigli indica que “… moví [a las modelos] de un lado a otro para repartir los colores y les dije que posaran como si estuvieran dando un beso a alguien. Mientras fotografiaba, me di cuenta de que algunas estaban en los alféizares de las ventanas. Como eran de cemento y a veces se rompían, les grité con un megáfono que se mantuvieran dentro de los marcos.” [5]
La imagen fue tomada con una Speed Graphic 4” x 5” y un lente angular. Gigli también comenta que realizó entre 15 y 18 tomas. [1]
VALOR
La imagen se publicó por primera vez en el “Ladies’ Home Journal” y otras publicaciones pequeñas. No fue sino hasta en 1994 que comenzó a venderse comercialmente. Ese año, la esposa de Gigli se acercó a la casa de subastas Sotheby’s para vender una copia, y ellos le recomendaron buscar una galería para representar a su esposo. La galería aceptó obviamente, pero pronto el hijo se hizo cargo de la operación. [2]
Aunque individualmente fotografías como las de Andreas Gursky o Man Ray se han vendido por millones, esta en particular ha llegado a esas cifras por la cantidad de fotografías firmadas que se encuentran en circulación, y por los altos precios que pueden llegar a pagar los coleccionistas y amantes del arte. A petición de su hijo, Gigli imprimió y firmó cientos de fotografías, las cuales pueden llegar a costar entre $15,000 y $30,000 a pesar de que la oferta es grande (tan solo hace dos meses se pagaron $38,000 por una copia en una subasta.) [1]
LEGADO
Más allá de las ganancias que sigue generando, la fotografía tiene su lugar entre las mejores del siglo XX. El propio Gigli pensaba así, y contrario a lo que muchos fotógrafos lamentan, estaba en paz con el hecho de ser recordado por una sola fotografía: “Me recordarán por ésta. No sé cuántas fotografías son así. Horst con la foto del corsé, Eisenstaedt con el marinero besando a la chica en Times Square, cosas así. Creo que ésta es una de las grandes”. [4] En otra ocasión comentó: “Tengo una gran copia en la pared. Sigo sonriendo cada vez que la miro, incluso después de todos estos años.” [5]
Fuentes
Conway, R. (2013, noviembre 14). “Girls in the Windows”: The Real Story Behind an Iconic New York Photo. Time. Recuperado de: https://entertainment.time.com/2013/11/14/girls-in-the-windows-the-real-story-behind-an-iconic-new-york-photo/
Segal. D. (2023, noviembre 21). Is This the World’s Highest-Grossing Photograph?. The New York Times. Recuperado de: https://www.nytimes.com/2023/11/21/business/gigli-photograph-girls-in-the-windows.html
Luntz, H. (2021, febrero 4). Ormond Gigli’s Girls in the Windows. Recuperado de: https://www.holdenluntz.com/magazine/new-arrivals/ormond-gigli-girls-in-the-windows/
Leland, J. (2013). ‘Girls in the Windows’ and Other Moments. The New York Times. Recuperado de: https://archive.nytimes.com/www.nytimes.com/interactive/2013/12/08/nyregion/08ALBUM-GIRLS-IN-THE-WINDOWS.html
Phillips, S. (2013, mayo 1). Ormond Gigli’s best photograph – women in the windows in Manhattan. The Guardian. Recuperado de: https://www.theguardian.com/artanddesign/2013/may/01/ormond-gigli-best-photograph-women-windows