Leyendo artículos en el internet me recordé de la banda de rock estadounidense The Afghan Whigs. Aunque nunca lograron entrar al mainstream, su trabajo y trayectoria los establecen como una de las bandas más influyentes en su género*.
*Su música es un poco difícil de categorizar, pero se podría describir como indie o post-grunge con toques de soul y R&B.
Su álbum “Gentlemen” se considera no solo su obra maestra, sino también uno de los mejores álbumes de rock de la década de los 90. Uno de sus aspectos más característicos son las letras crudas y honestas de su guitarrista y vocalista Greg Dulli, mismas que también han generado críticas por su aparente misoginia (algo que él niega vehementemente).
Más allá de todo esto, lo que más llamó mi atención en esta especie de reencuentro fue la portada del disco, inspirada claramente en una imagen de Nan Goldin. Aunque por regla general estoy en contra de este tipo de imágenes en las cuales se toma una fotografía famosa como referencia para copiarla y/o reinterpretarla de una manera demasiado directa y literal, esta imagen en particular me pareció sumamente interesante.
El propio Dulli fue quien concibió el concepto de la imagen (sustituyendo a Nan y a Brian por niños), obviamente inspirado directamente por la imagen de Goldin. Con la ayuda del fotógrafo Billy Phelps (sobre quien Dulli comenta: “No podría haberlo hecho sin él. Sin duda, él tenía las ideas para la composición. Esa composición es suya, el aspecto que tiene. Le doy el crédito a él.”), [1] reinterpretaron la escena desde varios ángulos incluyendo el original. Sin embargo, se decantaron por la versión que finalmente aparece en la portada.
Con respecto al por qué se decidió por incluir a niños teniendo otras opciones, Dulli dijo que “… [el lenguaje corporal representado en la fotografía] es un comportamiento aprendido que empieza cuando somos niños, y por eso sustituí a los adultos con niños. Creo que pierdes la inocencia en cuanto naces…” [1]
LA POLÉMICA
Aunque en la historia de la música hay portadas de discos con niños mucho más polémicas que esta (de hecho, algunas son indiscutiblemente ilegales), esta ha generado opiniones fuertes en su contra.
Aunque no hay mención del niño, se sabe que la niña era la hija de Sherry Ring, publicista no solo de la banda, sino también de Linda Rondstat, quien expresó su disgusto al ver la fotografía. De cierto modo regañó a Ring, diciéndole “¿Dejaste que tu hija apareciera en esa portada? ¡No lo puedo creer!” [1]
El bajista de la banda John Curley dice con sarcasmo, humor y orgullo que este episodio con Rondstat y la fotografía es uno de los puntos altos en su carrera musical. “Se puede interpretar esa portada de muchas maneras diferentes, incluso en un sentido pícaro también, lo que obviamente la gente va a hacer. Pero yo nunca lo interpreté así ni creí que fuera así, de una manera tan simplista.” [1]
En cuanto a Dulli, su opinión sobre Rondstat es muy clara, directa y posiblemente misógina como sus letras en “Gentlemen”. Sin entrar en más detalles, de manera sucinta y resumida le dice: “Fuck you”. [1]
INTERPRETACIONES
Esta imagen sería una excelente herramienta didáctica para enseñar conceptos de lectura e interpretación de imágenes entre otras cosas. Aunque la diversidad de opiniones podría ser amplia, en este espacio me centraré en dos.
Sería interesante, pero también difícil, realizar una encuesta no sesgada en la cual las personas ofrezcan su interpretación de la escena. Esto tiene mucho qué ver con la inocencia de la cual habla Dulli. Por ejemplo, si presentáramos la fotografía a niños e incluso preadolescentes, no verían en ella los temas que los adultos vemos. Su interpretación estaría limitada a lo que conocen o a lo que simplemente se muestra: dos niños en una cama y punto. Y aunque entiendo la opinión de Curley de que no hay necesariamente algo nefasto detrás de la imagen o del concepto, tampoco hay que ser tan ingenuo como para pensar que la gente no le dará otras interpretaciones.
Por un lado, es cierto que no hay algo sumamente explícito que sugiera un encuentro indebido entre los protagonistas. Podríamos argumentar que el torso desnudo del niño es prueba de ello, pero en la gran mayoría de ocasiones, un niño/hombre sin camisa no es visto como algo necesariamente erótico o similar. Además, en la intimidad del hogar, es normal que la gente se sienta más cómoda vistiendo menos prendas.
Por otro lado, y especialmente si conocemos el trabajo y concepto detrás de la obra de Goldin, es prácticamente imposible no realizar la conexión. Esto, sumado a la expresión que para mí es bastante adulta del niño, facilita la interpretación que supuestamente es la errónea. Y si encima de todo esto agregamos el contenido lírico del álbum, la interpretación más benevolente de la portada sería que es una simple (o compleja según como se vea) provocación. Sea cual fuere la realidad, es esta ambigüedad y dualidad la que la vuelve tan atrapante y efectiva.
Fuente
[1] Gendron, B. (2008). The Afghan Whigs’ Gentlemen. Londres, Inglaterra: The Continuum International Publishing Group