Iluminación y CRI o IRC (Parte 1)

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Debido a que la mayoría de cámaras de lentes intercambiables fabricadas a partir del 2009 (aproximadamente) poseen la capacidad de grabar video, los fotógrafos han tenido que saber adaptarse a la creciente demanda de este tipo de contenido audiovisual. Desde el punto de vista técnico, una de las grandes diferencias entre la fotografía y el video está en la cantidad de luz continua necesaria para iluminar una escena. Cuando hablamos de este tipo de iluminación artificial, tanto para fotografía como para video, usualmente dirigimos nuestra atención hacia tres características: 1) su temperatura de color (si es fría o cálida; medida de Kelvins), su intensidad (usualmente dada en lúmenes) y su vataje (casi sinónimo de intensidad: entre más vataje, más intensidad y mayor consumo de energía). Es evidente que estas cualidades son muy importantes para la calidad del material que produzcamos, pero existe otra de la que usualmente se ha hablado poco y que ha estado tomando relevancia: el IRC.

CRI o IRC

A pesar de que su uso ha sido criticado por las deficiencias e inconsistencias del modelo (un tema que no tocaremos acá), el Índice de Reproducción Cromática (o CRI por sus siglas en inglés) es una medida útil de la capacidad de una fuente de luz para reproducir fielmente los colores. Su escala va de 0 (o incluso números negativos) al 100, siendo este último el valor en el cual la reproducción de color es la ideal para nuestra visión. Las fuentes de luz con un IRC de 100 son el sol y las lámparas incandescentes como las de tungsteno y halógeno. La razón por la cual estas luces son mejores para mostrar correctamente los colores es su producción de un espectro continuo de luz que va desde el ultravioleta hasta el infrarrojo. Para entender el por qué, podemos realizar un experimento mental: ¿de qué color se verían las cosas si todas las fuentes de luz (incluyendo el sol) fueran únicamente rojas, o verdes, o moradas…?

PRUEBAS

Aunque el tipo de prueba que mostraré no es científica y su eficacia depende de variables que están fuera de nuestro control (como el tipo de monitor en el cual están leyendo esta entrada y su estado de perfilado/calibración entre otros), mostraré unas imágenes tomadas con distintos tipos de focos para que evalúen sus diferencias en cuanto a su fidelidad de color. Los focos se escogieron para que tuvieran características similares de temperatura de luz (entre 2700-2950 K), intensidad (1050-1500 lúmenes) y hasta tamaño (9.5-13 cm de longitud). Se evaluaron 5 tecnologías distintas: LED, incandescente-tungsteno, incandescente-halógeno, fluorescente y flash. En el caso del flash, la intensidad se ajustó para que se acercara a la de los focos. Todas las fotografías se tomaron a la misma distancia de los sujetos y con luz directa, sin difusores.

A. CFL (fluorescente) B. Halógeno C. LED D. Tungsteno E. Flash Neewer Speedlite 750II
A. CFL (fluorescente) B. Halógeno C. LED D. Tungsteno E. Flash Neewer Speedlite 750II

Para las primeras fotografías se utilizó un balance de blancos automático para evaluar cómo la cámara reaccionaba ante cada tipo de luz.

Balance de blancos automático. A. CFL (fluorescente) B. Halógeno C. LED D. Tungsteno E. Flash Neewer Speedlite 750II
Balance de blancos automático. A. CFL (fluorescente) B. Halógeno C. LED D. Tungsteno E. Flash Neewer Speedlite 750II

Para la segunda serie se utilizó un balance de blancos personalizado. Como ven, esto mejoró la calidad del color en prácticamente todas las fotografías.

Balance de blancos personalizado. A. CFL (fluorescente) B. Halógeno C. LED D. Tungsteno E. Flash Neewer Speedlite 750II

En la próxima entrada compararemos las fotografías lado a lado para facilitar la observación de las diferencias.

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