Fotografía con celular

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En la historia de la fotografía se han dado momentos en los cuales cambios e innovaciones en la tecnología o la técnica fotográfica han provocado tensión y/o ansiedad entre fotógrafos y también dentro de la industria. Los más notorios son la primera ola de popularización de la fotografía a finales del siglo XIX, el paso de la fotografía analógica a la digital, la segunda ola de popularización en masa creada por la fotografía digital a finales del siglo XX y, hoy en día, el impacto que ha tenido y seguirá teniendo la fotografía con celular.

El primer celular con cámara fue lanzado en 1999. Los celulares en esa época tenían resoluciones muy bajas (0.1-0.3 megapixeles) y eran más que todo un aditamento, ya que la tecnología aún estaba en su infancia y la demanda todavía no existía. Además, los teléfonos de esa época se usaban exclusivamente para cumplir con una función poco utilizada en la actualidad: el ser teléfonos. A partir de los últimos años se han vuelto pequeñas computadoras o centros multimedia para la comunicación a través de internet. Pero la tecnología de sus cámaras ha avanzado tanto que prácticamente mataron el mercado de cámaras compactas y ha afectado considerablemente la venta de cámaras de lentes intercambiables y mirrorless (me referiré a estas últimas dos como “cámaras formales” por brevedad).  Tal ha sido el impacto de los celulares que el número de cámaras vendidas pasó de 121 millones en 2010 a solo 20 millones en el 2018. Esta disminución sigue generando debates en cuanto a las causas y los efectos a futuro sobre la industria fotográfica.

Apple, Huawei y Samsung han sido los principales innovadores en cuanto a tecnología fotográfica en celulares se refiere. La calidad de las fotografías tomadas con sus teléfonos de gama alta es impresionante gracias a la potencia de sus procesadores (CPU y GPU), ciertos avances en la óptica y, principalmente, a la fotografía computacional. Estas compañías han invertido tanto en investigación y desarrollo de tecnologías fotográficas que sus cámaras son uno de los principales ganchos de venta para sus productos. Para la mayoría de la gente los resultados sobrepasan por mucho sus necesidades y expectativas.

Además de los avances tecnológicos, nuestra forma de interactuar con los demás también ha ayudado al crecimiento de la fotografía con celular. La mayoría de personas posee una o varias redes sociales en donde el contenido se presenta en tiempo real donde quiera que estemos y con muchísimo contenido visual, algo difícil de hacer desde una computadora.

Para quienes tenemos tiempo de ser fotógrafos y también para los profesionales sería descabellado usar un celular en lugar de una cámara formal para muchas aplicaciones. Todavía hay aspectos de la fotografía con celular que no se comparan con los de una cámara formal. Sin embargo, al final de cuentas lo que importa es la imagen. No importa si una fotografía fue tomada con película, con formato grande, con una cámara compacta o con un celular. Una buena imagen va a destacar por la visión del fotógrafo, por su creatividad, por haber capturado el momento preciso. Al igual que con cámaras formales, la fotografía con celular debe ser abordada con la misma seriedad y cuidado para obtener imágenes de calidad. Esto incluye conocer bien nuestra herramienta, tener buena técnica (enfoque, composición, exposición, etc.), poseer buen ojo y educación visual y, de ser posible, ofrecer un discurso o idea. Creo que ya en el 2019 la fotografía con celular tiene la suficiente madurez como para ser tomada más en serio y más en cuenta. En vez de crear dicotomías y peleas, hagámosle espacio en la mesa de los grandes.

 

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