Después del éxito del Sputnik 1 en 1957, del primer viaje a la Luna de una nave espacial (1959), del primer aterrizaje en la Luna de un objeto hecho por el hombre (1959) y del viaje al espacio de Yuri Gagarin en 1961 (entre otros hitos), los Estados Unidos se vieron confrontados con su inferioridad tecnológica ante la Unión Sovética, dando inicio a la carrera espacial. En 1962, el presidente John F. Kennedy anuncia de manera pública su meta de llevar a un hombre a la Luna antes del final de la década, una hazaña tan improbable en su época que el éxito aclararía cualquier duda sobre quién poseía la superioridad tecnológica espacial.
Las misiones Apolo tenían el objetivo de cumplir con la meta de ser las primeras en llevar al hombre a la Luna. La primera misión terminó en tragedia cuando un fuego durante un entrenamiento cobró las vidas de los tres astronautas que se encontraban dentro del módulo de prueba. Afortunadamente las siguientes misiones Apolo culminaron sin más pérdidas de vidas. El momento cumbre llegó con el Apolo 11, en el cual Neil Armstrong, Edwin “Buzz” Aldrin y Michael Collins constituyeron la primera tripulación en poner pie en la Luna. De los tres, Collins no tuvo ese privilegio, ya que se quedó en el módulo orbitando la Luna.
El 16 de julio de 1969, el Apolo 11 despega del Kennedy Space Center. Pasarían 4 días antes de que Armstrong diera el primer paso en la Luna.
Esta misión daría dos de las fotografías más famosas de todo el programa Apolo (junto con la del Apolo 8). La primera es la que ilustra esta entrada y muestra a Aldrin fotografiado por Armstrong. La estructura dorada que se ve a la derecha es parte del módulo lunar. La segunda es una fotografía de una huella de Aldrin. Se espera que las huellas de los 12 astronautas que han pisado la luna puedan ser visibles durante millones de años.
Las cruces que se ven en toda la superficie de las fotografías sirven para poder medir distancias y eliminar distorsiones que podrían observarse en los negativos y/o impresiones. Las cruces están separadas a una distancia de 10 mm, con una precisión impresionante de 0.005 mm [1].
Si fuésemos irracionalmente perfeccionistas, sería muy fácil criticar la técnica (composición, enfoque) de los astronautas en la superficie de la Luna. No obstante, hay que recordar que la toma de fotografías con trajes espaciales voluminosos es sumamente difícil, no solamente porque no tenemos las manos libres para hacer movimientos finos, sino especialmente porque las fotografías se tomaron prácticamente sin la ayuda de un visor. Las cámaras se fijaban en el traje a la altura del pecho y los astronautas no tenían manera de componer la escena antes de disparar.
EQUIPO/ACCESORIOS
Para esta misión se usaron cámaras Hasselbald 500 EL, el mismo modelo utilizado en las misiones Apolo 8 y Apolo 10 (y que se seguiría usando en las futuras misiones Apolo). La cámara que usaron en la superficie poseía un lente Zeiss Biogon 60 mm f/5.6 [2]. Para eliminar peso innecesario durante el viaje de regreso a la Tierra, tanto el cuerpo como el lente que usaron en la superficie se dejaron abandonados en la Luna. A bordo del módulo lunar llevaban una segunda cámara con un lente Zeiss Planar 80 mm [3], pero no estaba diseñada para su uso en la superficie.
Se usó la misma película Kodak SO-368, Kodak SO-168 (ambas a color) y Kodak 3400 (blanco y negro) con backs de 70 mm [2]. Como expliqué en la entrada anterior, las películas a color eran Ektachrome y el prefijo SO significa Special Order, ya que las emulsiones se modificaron especialmente para la NASA. Se usaron varios filtros, incluyendo uno polarizador para el lente usado en la superficie [2].
Además de la cámara, los astronautas dejaron un disco de silicio con declaraciones y mensajes de buena voluntad de políticos y personajes importantes de más de setenta países, incluyendo al Primer Ministro Pierre Trudeau (padre del actual Primer Ministro de Canadá Justin Trudeau), el Emperador Haile Selassie I de Etiopía, la Reina Elizabeth II y el Primer Ministro de Japón Eisako Sato, cuyo mensaje fue el más breve de todos, una brevedad también mostrada por el actual Emperador Naruhito durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Verano Tokio 2020. Centroamérica está representada por mensajes de los entonces presidentes de Costa Rica, Nicaragua y Panamá [4]. Los mensajes se pueden ver en este vínculo.
La toma de fotografías fue una parte muy importante en la misión. Tan importante que el primer ítem en la lista de verificación de Armstrong después de alunizar era recibir la Hasselblad (la recibe tan solo 2 minutos y medio después de decir su famosa frase “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”.) [3]
RECUERDOS DEL APOLO 11 EN GUATEMALA
Del 30 de diciembre de 1969 al 6 de enero de 1970, una roca lunar traída por Apolo 11 fue exhibida en el Palacio Nacional. Además, el presidente Richard Nixon ordenó obsequiar a los países cuyas banderas viajaron en la misión muestras de polvo lunar de 0.05 gramos. Se supone que esta muestra está/estaría exhibida en el Museo Nacional de Historia, pero no es un dato que haya corroborado personalmente. Años más tarde, Guatemala también recibiría muestras de la luna del Apolo 17 a través del presidente Arana Osorio. No obstante, estas últimas están extraviadas [5].
Fuentes
[1] Zeiss. (s. a.). Biogon f/5.6-60 mm Cat. No. 10 48 00. Hasselblad
[2] NASA. (1970). Apollo 11 lunar photography. NSSDC ID NO. 69-059A-01
[3] Jones, E. (1995). One small step. Recuperado de: https://history.nasa.gov/alsj/a11/a11.step.html
[4] NASA. (1969, julio 13). Apollo 11 goodwill messages.
[5] Villalobos, R. (2019, agosto 4). Una gran asalto a la humanidad. Prensa Libre. Revista D