The vulture and the little girl (1993)

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Sudán ha tenido una historia muy accidentada desde su independencia en 1956. Después de una primera guerra civil que inició en 1955 y que culminó en 1972, en 1983 estalla una segunda guerra civil que continuaría hasta el 2005. En este espacio de tiempo, el país sufre varias sequías severas, agudizando así la crisis humanitaria. Para tratar de aliviar la situación, surge en 1989 la Operación Línea de Vida Sudán (OLS por sus siglas en inglés) [1]. Bajo el liderazgo de la UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos y con el apoyo de ambos bandos en la guerra, la OLS juntaría a diversas organizaciones (entre ellas Save the Children, Oxfam y Médicos sin Fronteras) para brindar ayuda humanitaria y soporte logístico y diplomático [2] en la lucha contra la desnutrición y otras afecciones.

LA FOTOGRAFÍA

Kevin Carter era un fotoperiodista sudafricano que se encontraba documentando la agitación social presente en su país a causa del apartheid. Cuando en marzo de 1983 su amigo João Silva le comentó acerca de la posibilidad de viajar a Sudán para documentar la guerra civil a través de la OLS no lo pensó dos veces, y con dinero prestado logró pagar su boleto. Su primera parada fue en Nairobi, Kenia. Al llegar, recibieron la noticia de que los vuelos humanitarios (uno de los cuales los llevaría a Sudán) habían sido suspendidos indefinidamente debido a la intensificación en las luchas. No obstante, días después lograrían viajar a otra ciudad en Kenia antes de tomar otro avión al pueblo de Ayod (actual Sudán del Sur*). El avión llevaba comida y asistencia médica y, como hacía meses desde la última vez que habían recibido ayuda, los habitantes se aglomeraron. Las madres dejaron momentáneamente a sus hijos para así poder recibir la ayuda. Es acá donde Carter toma la fotografía que ilustra esta entrada. Momentos después de hacerlo, narra a Silva con gran emoción cómo la encontró y cómo la tomó. Le comenta la sorpresa que se llevó al cambiar de ángulo y ver a un buitre detrás de la niña y cómo aprovechó para tomar muchas fotografías. Comenta también que lo ahuyentó. A pesar de la emoción y entusiasmo con los cuales le describe la escena a Silva, el momento lo deja un poco afectado, ya que inmediatamente piensa en su pequeña hija y de cómo deseaba regresar para verla, abrazarla y besarla [3]. En total, Carter y Silva estuvieron en Ayod no más de unas cuantas horas.

*A la fecha de hoy, Sudán del Sur es el país más joven del planeta con apenas 10 años de independencia.

PUBLICACIÓN

El New York Times deseaba ilustrar una historia sobre Sudán pero no encontraban una buena fotografía ya que a muy pocos fotógrafos les daban la oportunidad de llegar a documentar lo que estaba sucediendo. Una de las editoras de fotografía del periódico decide contactar a Greg Marinovich, hasta ese entonces el único fotógrafo sudafricano ganador de un Pulitzer, quien le comenta acerca del viaje que Carter y Silva recién habían culminado [3]. Es a partir de su publicación en ese periódico que la imagen le da la vuelta al mundo.

PULITZER

Cuando llegó el momento de nominar fotografías para el Pulitzer, el New York Times se encontraba en un dilema, ya que nunca habían ganado ese premio por trabajo fotográfico y la imagen casi se los garantizaba. El problema era que Carter no trabajaba para ellos, simplemente le habían comprado la fotografía. Además, tenían la presión de nominar a sus propios fotógrafos. Al final nominaron a Carter y su apuesta resultó ganadora. Aunque el premio le dio prestigio, la imagen que se lo dio le generaba sentimientos de culpa ya que gente de todo el mundo cuestionó su ética al no haber hecho más por la niña. Del lado profesional, la presión de haber ganado el Pulitzer resultó ser muy grande mientras trabajaba en las que serían sus últimas asignaciones [3].

LA TRAGEDIA

Para este punto, Carter ya se encontraba luchando con problemas de adicción. Estos causaron su separación con la madre de su hija. Durante este tiempo también fue despedido y, en uno de los golpes más fuertes que recibiría, tuvo que lidiar con la muerte de su mejor amigo Ken Oosterbroek, otro fotoperiodista que murió documentando unos disturbios cerca de la capital sudafricana poco antes de las elecciones que le darían la victoria a Nelson Mandela. Tres meses después de haber ganado el Pulitzer, Carter se suicida por intoxicación por monóxido de carbono [3].

LA NIÑA

Una de las incógnitas que surgen después de ver la fotografía es: ¿qué pasó con la niña? Según el relato de Carter, la fotografía la tomó a unos pocos metros de donde el avión se encontraba repartiendo ayuda, por lo que no se encontraba abandonada como podría sugerir la imagen. Personas que habían estado en Ayod también creen que después de la fotografía la niña seguramente regresó con su madre después de haber recibido ayuda. Finalmente, la incógnita pareció haberse resuelto alrededor del 2011. Para principiar, no se trata de una niña sino de un niño. En segundo lugar, su nombre fue Kong Nyong y según su padre, falleció más o menos a la edad de 14-16 años de unas fiebres [4].

Fuentes

 

[1] Villate Sosa, D. (2018). Operaciones de Paz y DIH desde la Operación Línea de Vida. Revista de Derecho Uninorte. (50):72–99

 

[2] Taylor-Robinson, S. (2002). Operation Lifeline Sudan. Journal of Medical Ethics. 28(1):49–51

 

[3] Marinovich, G. y Silva, J. (2000). The Bang-Bang Club: snapshots from a hidden war. Nueva York, NY: Basic Books

 

[4] Rojas, A. (2011, febrero 21). Kong Nyong, el niño que sobrevivió al buitre. El Mundo. Recuperado de: https://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/18/comunicacion/1298054483.html

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