En otra ocasión hablamos de Robert Capa y de las dudas que genera la historia de la fotografía del soldado republicano en plena Guerra Civil Española. En esta entrada compartiré la(s) historia(s) de otra de sus fotografías mas icónicas, la cual no está exenta de polémica.
Como lo detalla el título, la imagen fue tomada el Día D, 6 de junio de 1944, durante el desembarco de las tropas aliadas en las playas de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial. Esta maniobra militar (Operación Neptuno, la mayor invasión marítima de la historia) dio inicio a la liberación de Francia y fue el inicio del fin de la guerra. Para poder comprender la magnitud del peligro de esta operación, hay que ver la película “Rescatando al soldado Ryan” (1998). Las escenas de batallas son tan realistas que en su momento provocaron trauma y estrés postraumático en muchos veteranos y sus familiares [1].
Existe un poco de confusión con respecto a quién es el soldado que se muestra en la imagen. El primer candidato se había identificado como Edward K. Regan, nativo de Pensilvania, a sus 22 años [2]. Sin embargo, años más tarde se conoció que él había desembarcado en otra playa y por lo tanto, sería otro soldado, en este caso Huston Riley, quien aparece en la fotografía. El mismo Riley recuerda que estando en la playa, lo salvaron “un sargento… y un fotógrafo con una cámara al cuello… Lo único que podía pensar era: ‘¿Qué demonios hace este tipo aquí?'” [3]. Es probable también que el fotógrafo no fuera Capa, ya que hubo soldados que también tomaron fotografías durante las primeras olas del desembarco. Además, Capa jamás menciona esta anécdota en su autobiografía.
LA HISTORIA NÚMERO UNO
El mismo Capa cuenta cómo, entre balas, morteros y cadáveres, desembarca y se mueve en la playa junto con los soldados americanos y sus dos cámaras Contax de 35 mm. Narra cómo se esconde detrás de tanques, bancos de arena y otros obstáculos, repitiéndose a sí mismo la frase en español “es una cosa muy seria, es una cosa muy seria” que aprendió durante la Guerra Civil Española. En el momento en el que terminó uno de los rollos, quiso poner uno nuevo pero estaba temblando de miedo de tal manera que no pudo hacerlo y seguidamente corrió al barco que lo llevaría de regreso a Inglaterra. Una vez en el barco, fotografió a los heridos hasta el cansancio. Comenta también que fue el único fotoperiodista que tuvo la valentía de desembarcar en la playa para tomar fotografías, ya que el otro nunca dejó el barco. Finalmente declara que de las 106 fotografías que tomó, solo 8 sobrevivieron debido a que un asistente de cuarto oscuro había quemado los negativos durante el secado y que fue el calor, no sus temblorosas manos, quienes hicieron que las fotos que sí sobrevivieron se vean borrosas [4].LA HISTORIA NÚMERO 2
El crítico, historiador y curador de fotografía Allan Douglas Coleman ha presentado suficiente evidencia como para desmantelar la historia de cómo los negativos de Capa se arruinaron durante el secado. Para iniciar, como fotógrafo, Coleman sabe que es muy difícil quemar los negativos como se afirma en la historia oficial. Esto lo lleva a pensar que la historia fue fabricada por alguien con poca experiencia en cuarto oscuro, en este caso John Morris, editor de fotografía de la revista LIFE en Londres. Morris llegaría a admitir poco antes de su muerte que nunca vio los supuestos negativos quemados de Capa y que es posible que solo haya tomado 11 fotografías. En segundo lugar, Capa es conocido por exagerar sus historias. En tercer lugar, se sabe que Cornell Capa (hermano de Robert) ha sido muy cuidadoso en defender la reputación de su hermano junto con Morris y Richard Whelan, el único biógrafo autorizado de Robert Capa. En cuarto lugar, se sabe que la playa donde desembarcó Capa no era tan peligrosa como lo describió en su autobiografía, y que la secuencia de imágenes sugiere que estuvo muy poco tiempo ahí (de 15 a 30 minutos). ¿La conclusión? Robert Capa no tomó más que 11 fotografías durante su estancia en la playa y la historia de los negativos arruinados fue fabricada para elevar su estatus de gran fotógrafo y justificar el poco número de fotografías que tomó ese día [5]. El vínculo detalla con propiedad estas y otras inconsistencias en la historia, incluyendo el hecho de que ni Regan ni Riley son el soldado de la fotografía de esta entrada.
Tal y como lo comenté en esta otra entrada, estas polémicas no deberían disminuir el valor de las fotografías de Capa. Tal vez estas hablan mal de su personalidad y hasta de su ética, pero su cuerpo de trabajo siempre tendrá un alto valor fotográfico, documental y hasta artístico. Es en estos casos donde debemos separar al artista de su arte.
Fuentes
[1] The Associated Press. (Julio 26, 1998). Vets Get ‘Private Ryan’ Hotline. Recuperado de: https://apnews.com/article/4b0e8f5c58a4d37303e506c137d6a23c
[2] Trachtenberg, A. (Junio 6, 1994). Bullets Tore Holes in the Water. Recuperado de: https://www.nytimes.com/1994/06/06/opinion/bullets-tore-holes-in-the-water.html
[3] Brenner, M. (Mayo 13, 2014). Robert Capa’s Longest Day. Recuperado de: https://www.vanityfair.com/culture/2014/06/photographer-robert-capa-d-day
[4] Capa, R. (1999). Slightly out of focus. Nueva York: Modern Library.
[5] Coleman, A. D. (Febrero 12, 2019). Alternate History: Robert Capa on D-Day A. D. Coleman. Recuperado de: https://medium.com/exposure-magazine/alternate-history-robert-capa-on-d-day-2657f9af914