En la entrada anterior hablé de cómo surgió esta imagen, mostrando incluso el lugar exacto en donde fue tomada. Como la razón por la cual esta imagen es tan famosa fuera de los círculos fotográficos y artísticos es su precio ($4,338,500), explicaré algunas de las razones por las cuales una obra como esta puede llegar a valer tanto dinero. Luego mencionaré muy brevemente algunas referencias para compararla con otras obras famosas, para finalmente proponer otra nueva, la cual explica el por qué decidí escribir acerca de esta fotografía.
¿POR QUÉ ES TAN CARA?
Mucha gente, al ver la fotografía y compararla con su precio, se queda incrédula de que algo tan simple en apariencia pueda tener un valor tan alto. Es probable que algunos visitantes estén buscando razones o explicaciones de esto, así que de manera más o menos breve explicaré el por qué una obra como esta puede llegar a valer millones de dólares.
Fama y prestigio: el precio de productos o servicios está íntimamente ligado al prestigio de quienes los ofrecen. Gursky ya tenía la suficiente fama y prestigio dentro del ámbito artístico como para participar en el mundo de las galerías y subastas antes de establecer el récord de venta en 2011. Es más, en 2006 y 2007 ya había vendido fotografías que superaban los $2 millones cada una. Ahora, para llegar a esos circuitos se necesitan muchas cosas y ese ya es un tema aparte.
Estilo y visión: además de la fama y reputación del artista, este debe tener un estilo particular que lo defina. Después de observar la obra de Gursky podemos ver una unidad a pesar de la variedad de sujetos y temas que ha capturado (conciertos, interiores, exteriores, paisajes). Estas visiones y estilos particulares son muy cotizados no solo en el arte, sino también en prácticamente cualquier ámbito.
Linaje artístico: nuestros maestros o mentores tienen y pueden tener mucha influencia sobre nuestro futuro. Gursky estudió bajo la tutela de Hilla y Bernd Becher (dos de los fotógrafos más influyentes del siglo XX), un prestigio y honor difíciles de ignorar y admirar.
Símbolo de status: el arte ha sido usado desde hace siglos como una manera de afirmar el estatus de sus dueños. Aunque esta razón es en gran parte especulativa (no conocemos las razones exactas que llevaron a los varios dueños de esta fotografía a comprarla), es un aspecto del mundo y mercado del arte que no hay que ignorar.
Rareza de la obra: Gursky produjo únicamente 6 copias de esta fotografía. Su precio sería considerablemente más bajo si existiesen 50 o 500.
Espectáculo/escala: el arte tiene la habilidad de movernos, inspirarnos, entretenernos, asombrarnos. Seguramente muchos de los lectores han visitado un museo de arte, y entienden que la experiencia de ver una obra en una pantalla de televisión o computadora es MUY diferente a la de estar en frente de ella. En el mejor de los casos, podemos ver esta fotografía en buena resolución a pantalla completa. Sin embargo, la obra original puede llegar a medir 3 metros de largo por casi 2 metros de ancho (no todas las copias de esta fotografía tienen las mismas dimensiones). Por lo tanto, observar la obra con la visión original de Gursky en un formato grande ha de ser un verdadero espectáculo.
Inversión: otro aspecto que puede parecer cínico pero que también hay que tomar en cuenta es que el arte es simplemente otro medio para invertir dinero. Una obra que hoy vale $X, mañana podría valer 2, 5, 20 veces más. Un ejemplo es precisamente la subasta que finalmente dio el precio final de $4 millones. El vendedor era un colector alemán que, en un principio, esperaba vender la obra entre $2.5-3 millones. Suponiendo que la compró a $2 millones (seguramente pagó muchísimo menos) y esperaba un beneficio de al menos $500,000, la subasta como mínimo terminó duplicando su inversión inicial.
Amor y gusto por el arte: esta razón podría ser la más idealista e ingenua de las que hemos visto pero también es especulativa. Es probable que la única razón por la cual alguien pagó $4 millones por esta fotografía es que el nuevo dueño es un verdadero amante del arte que desea tener esta obra en su posesión, de la misma manera que a veces compramos posters o réplicas baratas de obras famosas para adornar nuestras salas o habitaciones. La diferencia en este caso es que pocos de nosotros somos multimillonarios.
REFERENCIAS
Varias de las reseñas que hablan de esta fotografía mencionan la obra del pintor Barnett Newman como referencia. Aunque las similitudes son claras, hay muchos pintores cuyo trabajo podría compararse visualmente con esta obra de Gursky. Yo agregaría a Mark Rothko y Josef Albers, pero hay muchos otros que podrían agregarse a la lista.
LA RAZÓN DE ESTAS ÚLTIMAS DOS ENTRADAS
Hablando de referencias, yo quiero agregar otra. Esta sería la segunda fotografía consecutiva en la cual hago una conexión con una película. En la entrada sobre Ramón Masats, mostré el homenaje que Pedro Almodóvar hizo a una de sus imágenes. Y usualmente, cuando existe una conexión de esta naturaleza, es la fotografía la que me lleva a la película. No obstante, esta es la primera entrada que me lleva de una película a la fotografía. Y al inicio pensé en mostrar las similitudes simplemente a través de un tweet, ya que nadie ha hecho la conexión que mostraré a continuación. Pero luego pensé que sería más informativo brindar el contexto de la fotografía, así que la entrada anterior y esta se volvieron un preámbulo y pretexto para mostrar esta imagen:
En “Giulietta degli spiriti” (1965), Giulietta Masina interpreta a Giulietta Boldrini, una mujer casada que comienza a sospechar que su marido la engaña. Después de una sesión espiritista con su esposo y sus amigos, Giulietta comienza a tener visiones, lo cual la lleva a realizar otra sesión en solitario, donde comprueba las sospechas que tiene acerca de su esposo. La película muestra el conflicto que tiene entre llevar una vida más relajada y hedonista como su vecina, o continuar siendo la esposa abnegada a pesar de las infidelidades de su esposo. La escena de la cual sale la imagen de arriba es bastante difícil de explicar, tanto así que no sé si en realidad vale la pena describirla. Lo único que diré es que se trata de una de las visiones que tiene, la cual incluye caballos (vivos y muertos), gente desnuda y hombres o guerreros con espadas. La película fue dirigida por Federico Fellini, y la protagonista era su esposa en la vida real. El director de fotografía fue Gianni di Venanzo (quien cumplió el mismo rol para 8 ½).
Dentro de lo que he podido leer y encontrar acerca de Gursky, nunca ha mostrado un interés profundo por el cine, así que esta no deja de ser una coincidencia interesante. Aunque también existe la posibilidad de que haya visto esta película y esta imagen se haya alojado en su subconsciente. En fin, coincidencia o no, la similitud es tan grande que es imposible no hacer la conexión con Gursky, y era algo que quería compartir con ustedes.