Nuit de Noël (Happy Club) (1963)

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Malick Sidibé (1935-2016) fue un fotógrafo malí que nació a unos 300 kms de la capital Bámako, por lo que sus inicios fueron muy humildes. De niño cuidaba a los animales de la familia y también trabajaba la tierra. Años más adelante, fue enviado a la escuela. Debido a su talento con el dibujo, el alcalde decide enviarlo a la capital a estudiar en la École des Artisains Soudanais (en esa época, Malí se conocía como Sudán francés). Siendo estudiante en esta escuela, el fotógrafo Gérard Guillat habla con el director preguntando si había algún estudiante que pudiera decorar su estudio. Como era el mejor de su clase, el director envía a Sidibé para realizar el trabajo. Aunque había sido contratado únicamente para decorar el estudio, Sidibé teminaría trabajando como asistente fotográfico (cobrando a los clientes, vendiendo equipo, entregando fotografías) y fue a través de esta experiencia que aprendió a tomar fotografías. En 1956, con una cámara Brownie Flash, atendería a la clientela africana de Guillat. Ya en 1962, abre su propio estudio especializado en retratos [1] [2].
Malick Sidibé en 2011 - Fotografía de Glenna Gordon
Malick Sidibé en 2011 - Fotografía de Glenna Gordon

EL BAILE

Además de su independencia de Francia en 1960, el país estaba viviendo otra independencia (de sus tradiciones conservadoras) con la llegada de música europea y afro-cubana. Esto se manifestaba en fiestas más o menos clandestinas en las cuales la juventud celebraba bailando. Hay tres datos clave que explican el acceso que Sidibé tenía acceso a dichas fiestas: 1) su talento como fotógrafo, 2) su edad (los jóvenes que retrataba eran de su misma generación) y 3) su uso del flash. Y aunque Sidibé disfrutaba la fotografía como un medio de expresión, también lo hacía para ganarse la vida. Por ello, después de atender su estudio durante el día y de cubrir las fiestas en la noche, hacía pequeñas impresiones de los cientos de fotografías que tomaba en ellas (a veces sin dormir) y las desplegaba afuera de su estudio para que la gente las viera y las comprara [1] [2]. Y aunque no siempre lograra vender, los protagonistas de las fotografías las mostraban a sus amigos con orgullo, especialmente los hombres, ya que los mostraba bailando con chicas [1]. Hay que entender por qué esto era importante en esa época en particular. Sidibé comenta: “Antes, cuando las cosas eran más tradicionales, era imposible para una chica y un chico estar siquiera cerca uno del otro o incluso hablarse entre sí. A las chicas no se les permitía salir en falda… Entonces vestían pagnes [vestimenta tradicional] sobre sus minifaldas. Cuando llegaban a la fiesta, se quitaban el pagne para bailar… Para nosotros, tocar a una chica era como tocar oro. Hoy en día, los chicos pueden hacer lo que quieran: ir a fiestas y bailar en clubes, usualmente sin supervisión. Para nosotros, esta libertad era algo completamente nuevo” [2].

 

Esta fotografía entró en la selección de las 100 imágenes más influyentes de todos los tiempos de la revista Time. La imagen, junto con el resto de su trabajo, también han llevado a Sidibé a recibir varios de los reconocimientos más importantes en la fotografía, incluyendo el Premio Internacional de la Fundación Hasselblad en 2003 (siendo el primer africano en obtenerlo). En cuanto a la pareja de la fotografía, y contrario a lo que la mayoría nos imaginamos la primera vez que la observamos, se dice que en realidad eran hermanos [3].

RETRATOS

Aunque sus fotos de fiestas son las más conocidas y las que más notoriedad le han brindado (producto de la promoción que han hecho los curadores de su trabajo), la mayor parte de su cuerpo de trabajo (y de la cual siente mucho orgullo y satisfacción) la constituye los retratos que realizaba en su estudio, donde tenía control casi total del producto final. A través de ellos tenemos una ventana hacia la vida en la Bámako de los años 60 y 70 y los cambios culturales y socioeconómicos que se estaban gestando. En estos retratos, los locales se muestran con sus posesiones más preciadas, por lo general ropa o accesorios provenientes de Europa y el resto del mundo occidental. Paralelamente a esto, los retratados adoptaban roles, identidades y actitudes que probablemente solo mostraban ante la cámara (algo muy común en estos días con el auge y dominio de las redes sociales en nuestras vidas). Retratarse era una actividad muy popular e importante, tanto así que la gente formaba colas afuera de los estudios fotográficos para retratarse. Sidibé comenta que “… a los malíes les encanta la fotografía. Es como una religión” [4].

Fotografía con la cual ganó un World Press Photo en la categoría de Artes y Entretenimiento en 2010
Fotografía con la cual ganó un World Press Photo en la categoría de Artes y Entretenimiento en 2010
Fans de James Brown -1965
Fans de James Brown -1965
Toute la famille à moto -1962
Toute la famille à moto -1962
Un jeune gentleman -1978
Un jeune gentleman -1978

Con la popularización de la película a color, la clientela dejó de visitar a Sidibé para tomarse retratos. Una forma en la cual complementaba sus ingresos era reparando cámaras, y es de esta manera que conoce y comienza a crear una amistad con Seydou Keïta [2], otro de los fotógrafos malíes más reconocidos en el mundo, quien fue clave para el descubrimiento y reconocimiento de la obra de Sidibé, y de quien hablaré la próxima semana.

Fuentes

[1] LensCulture. (s.f.). Interview with Malick Sidibé. Recuperado de: https://www.lensculture.com/articles/malick-sidibe-interview-with-malick-sidibe

 

[2] Lamuniere, M., Sidibe, M., & Brozga, L. (2001). Ready to Wear: A conversation with Malick Sidibe. Transition 10(4), 132-159

 

[3] Fondation Cartier por l’Art Contemporain. (2017). Malick Sidibé. Mali Twist. [Dossier de prensa]

 

[4] Peffer, J. y Cameron, E. (2013). Portraiture and photography in Africa. Bloomington, Ind: Indiana University Press

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