Enrique’s Journey (2000)

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Pie de foto de la fotografía destacada: 11 DE SEPTIEMBRE DE 2000.  TEOTIHUACAN, MEXICO.  Un niño centroamericano sentado en un tren de mercancías a toda velocidad cerca de Teotihuacan, México. Viajé toda la noche desde la tropical Veracruz a través de túneles y los fríos puertos de montaña hasta Ciudad de México. Con las primeras luces del día, vi una figura diminuta sentada tres vagones más adelante. Corrí y salté por encima de los enganches para alcanzarle antes de que nos envolviera la niebla.  Tomé algunas fotografías horizontales y verticales.  Me acerqué un paso, a punto de preguntarle su nombre, cuando vi que estaba temblando, moqueando y sollozando.  Mi empatía como padre me apartó de un momento privado que creí que debía ser suyo y sólo suyo.  El niño anónimo, mal vestido y con una camisa sucia, nunca se percató de mi presencia en su viaje a El Norte, en algún lugar del horizonte invisible.La fotografía destacada es solo una de la serie que le valió el Premio Pulitzer 2003 al fotoperiodista estadounidense Don Bartletti. En esta entrada conoceremos algunas de sus fotografías y también la historia del personaje que le da el nombre a su serie. Los pie de foto en todas las fotografías de esta entrada fueron escritos por el propio Bartletti.

LA BESTIA

Para aquellos que no están familiarizados con el tema (aunque si hablan español y están leyendo esta entrada, es casi seguro que sepan de qué estoy hablando), “La Bestia” es el nombre con el cual se conoce a la red de trenes de carga que atraviesan México desde el Sur hacia el Norte, y la cual es utilizada por migrantes para llegar a Estados Unidos. Cabe aclarar que, al ser trenes de carga, no están ni equipados ni diseñados para transportar pasajeros, por lo que los migrantes los usan en condiciones de clandestinidad con los peligros que ello conlleva. Y a pesar de que los migrantes pueden usarlos sin pagar pasaje, el precio real que pueden llegar a pagar puede incluir su propia vida, debido a los retos y peligros que deben enfrentar no solo subiendo, sino bajando (ambas acciones en movimiento) e incluso tratando de mantenerse a bordo de los trenes. La rama de un árbol, un mal paso, un movimiento inesperado del vagón o incluso el dormirse pueden provocar una caída fatal.

DOS PULITZER

El ensayo y foto ensayo, ganadores cada uno de un Premio Pulitzer en 2003, fueron realizados por Sonia Nazario y Don Bartletti respectivamente. Ambos llevan el nombre de “Enrique’s Journey”. Bartletti documentó durante tres meses la travesía que miles de migrantes (en su mayoría centroamericanos) hacen año con año a bordo de “La Bestia”. Y aunque no fue el primer fotógrafo en documentar este fenómeno (de hecho, sí fue el primer estadounidense en hacerlo [1]), su trabajo fue de los primeros en ganar notoriedad internacional*.*Isabel Muñoz realizó un trabajo similar, el cual expuso en nuestro país en 2011 y en otros países de Latinoamérica en años siguientes. De hecho, fue a través de esta exposición que escuché y aprendí por primera vez acerca de “La Bestia”.

EL VIAJE DE ENRIQUE

24 DE JULIO DE 2000. TEGUCIGALPA, HONDURAS. "La compañía de la miseria" Los buitres compiten con los niños por las sobras para comer o algo que vender al borde de la carretera. Era la metáfora fotográfica que buscaba para ilustrar la pobreza abyecta que alimenta la migración de Centroamérica a Estados Unidos. A cada paso, las moscas se me metían en la nariz y los oídos; el guano de los buitres salpicaba mi gorra y mis cámaras como si fuera granizo. Juan Flores, de 15 años, se protege mejor la cara porque su familia depende de su resistencia. Su hermano pequeño está aprendiendo a cargar también su mochila con desechos de los pobres.

La historia de Enrique, un niño/joven migrante hondureño, es contada por Nazario en su ensayo ganador y posteriormente en un libro con el mismo nombre. En esta entrada haré un brevísimo resumen de la historia y compartiré algunas de las fotografías ganadoras de Bartletti**.

**El ensayo ganador puede verse en esta página.

Lourdes vive en situación de pobreza en las afueras de Tegucigalpa, Honduras. Es la madre soltera de Belky, 7, y Enrique, 5. Su trabajo no le alcanza para darles comida y educación, por lo cual decide emigrar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. La decisión se hace más difícil debido a que partirá sola, en espera de poder proveer una mejor vida a sus hijos desde la distancia. Luego de la partida de Lourdes, Enrique vive con su padre, un albañil. Dos años más adelante, la pareja del padre de Enrique lo quema con chocolate caliente, ante lo cual el padre la echa de la casa. Sin embargo, la separación no dura mucho, y luego de una reconciliación, el padre manda a Enrique a vivir con su abuela. A los 7 años, Enrique es una especie de huérfano.

Como un paréntesis, la siguiente fotografía entra visualmente en un tema que abordé en una serie de cuatro entradas comenzando con esta.

Richard Alberto Funez agita una pistola de juguete y se hace el duro, para diversión de su colega, Alexis Joel Sánchez. En la otra mano de Richard hay una lata de refresco llena de pegamento. Ambos huérfanos de diez años son adictos a los gases. Recorren Tegucigalpa en busca de comida y mendigando dinero. Los voluntarios locales afirman que muchos de estos niños fueron abandonados por alguno de sus padres, que se marchó a Estados Unidos.

La vida con su abuela paterna transcurre en la pobreza. Ella vende ropa usada de puerta en puerta. Su casa de madera no tiene agua ni electricidad, mucho menos un baño. Lourdes envía dinero mes a mes, pero apenas alcanza para la comida. Esto obliga al propio Enrique a trabajar como vendedor ambulante de frutas y especias.

Lourdes se comunica esporádicamente por teléfono con una prima de Enrique, quien vive del otro lado de la ciudad. Esto dificulta muchísimo la comunicación entre ambos. Sin embargo, en una de las conversaciones que logran tener, Lourdes promete que pronto llevará a Enrique con ella. Su plan es arreglar su estatus migratorio para traer a sus hijos de manera legal. Más adelante, considera pagarle a un coyote para agilizar el encuentro, pero considera que es demasiado peligroso.

Entrando en la adolescencia, Enrique comienza a meterse en problemas en la escuela. También se vuelve muy rebelde y desobediente, y su abuela obliga a Lourdes a encontrarle otro hogar. Lourdes logra que su hermano Marco acepte a Enrique en su familia. Marco y Enrique se llevan muy bien, y las cosas parecen mejorar para Enrique. Sin embargo, un año después de mudarse con él, Marco es asesinado, dejando a Enrique solo de nuevo. Rechazado por la pareja de su tío, Enrique llega a vivir a la casa de su abuela materna, donde ya viven otras siete personas.

La situación se vuelve tensa debido a los hábitos nocturnos de Enrique y su problema con drogas. Con 16 años ya, Enrique hace su primer intento por llegar a Lourdes, pero es capturado y deportado. De regreso en Honduras, su problema con drogas se agudiza. De hecho, para saldar una deuda que tenía con un narcotraficante (después de que este amenazara con matar a su hermana), Enrique decide robar a sus propios tíos. Más adelante, durante un altercado en casa, Enrique agrede físicamente a una de sus tías. Durante este tiempo también se entera de que su novia María Isabel podría estar embarazada. Lidiando con la culpa, y pensando que solo su madre podía ayudarle a superar estos obstáculos, Enrique toma la decisión de llegar como sea a Estados Unidos.

29 DE JULIO DE 2000. CIUDAD HIDALGO, CHIAPAS, MEXICO. El dueño de una balsa saca su flotador del río Suchiate mientras una carga de muchachos de Honduras se posa en la orilla del río al fondo. Hice la travesía ilegal con ellos desde el lado guatemalteco del río y trepé por la pendiente. En un instante, los 4 migrantes son encuadrados en el mismo momento en que se convirtieron en inmigrantes ilegales en México. De aquí a la frontera con EE.UU. probablemente se convertirán en carne de cañón para policías, pandilleros y un tren llamado La Bestia en ésta, la ruta migratoria más peligrosa del continente.

En seis meses, Enrique había hecho ya seis intentos fallidos por llegar a Estados Unidos. En todos había tenido la “suerte” de haber sido capturado y deportado sin mayores incidentes.

3 DE AGOSTO DE 2000. CHIAPAS, MÉXICO. Unos jóvenes corren junto a un tren de mercancías al que los polizones centroamericanos llaman "La Bestia". Todos los que me rodeaban en el vagón aplaudían y silbaban mientras los niños galopaban por la verde campiña chiapaneca. Me esforcé por enfocar y componer con un objetivo de 200 mm mientras el tren se tambaleaba de un lado a otro. De una ráfaga de 5, este encuadre capta a un noble jinete, a su radiante pasajera, las riendas deshilachadas y los estribos inalcanzables de su caballo prestado. El trasfondo editorial es la alegría que el sprint de 30 segundos dio a los migrantes. Y la bestia venció a "La Bestia".

No obstante, en el séptimo fue asaltado y vapuleado a bordo de “La Bestia” en plena noche, y en su intento por evitar ser asesinado, se lanza del tren en movimiento. Durante este incidente sufre una lesión permanente en su ojo izquierdo, producto de la paliza que recibió de los desconocidos. A pesar de la generosidad de los alcaldes de Las Anonas y San Pedro Tapantepec, quienes lo ayudan a obtener atención médica, el viaje de Enrique llegó a su fin tras pedir accidentalmente un aventón a un oficial de inmigración que se encontraba fuera de servicio.

4 DE AGOSTO DE 2000. TONALA, CHIAPAS, MÉXICO. "Aferrados a la parte superior de un tren de mercancías que circula a toda velocidad, Denis Evan Contrarez, de 12 años, a la derecha, y Santo Antonio Gamay, de 25, se ponen boca abajo para evitar las ramas que vuelan sobre sus cuerpos. Denis había visto cómo las ramas laceraban y arrojaban a la gente fuera del tren. Minutos antes de esta foto, los polizones gritaban: "¡Rama, rama, rama!". Entonces me golpearon y me hicieron tambalear. Preparado para el siguiente aviso, preenfoqué, fijé una velocidad de obturación lenta, apunté, dejé caer la cabeza en el hueco de mi brazo y disparé.

Con mucha perseverancia, y con la experiencia de siete intentos fallidos, Enrique emprende el viaje por octava vez. Con ingenio y suerte llega a Oaxaca y Veracruz, donde es sorprendido por la generosidad de las personas, muchas de las cuales viven en pobreza. Algunos habitantes de estos estados lanzan comida y regalos a los inmigrantes que van sobre “La Bestia”.

30 DE AGOSTO DE 2000. FORTIN, VERACRUZ, MEXICO. Polizones centroamericanos alcanzan desde un tren de mercancías a toda velocidad el regalo de una naranja de Fabián González Hernández. Durante la investigación de mi proyecto, los migrantes de la frontera estadounidense me hablaron de los "tiradores de comida de Veracruz". Confirmé la leyenda varias veces con otros residentes pobres de las vías que lanzaban tortillas, agua, caramelos y suéteres. En el mismo 1/30 de segundo de esta fotografía me tropecé y me estremecí horrorizado por la posibilidad de caer del tren. Aunque planifiqué previamente la técnica y la composición, vi este momento por primera vez cuando revelé la película semanas después. La fotografía tiene dos dones escurridizos que busco: sustancia y estilo.

Luego de varios golpes de suerte, incluyendo un aventón en un camión con el cual logra evadir a las autoridades, Enrique llega a Nuevo Laredo. Ahí vive en un campamento y se gana la vida lavando carros afuera de una taquería. Con sus ingresos logra llamar a Honduras para pedir a sus familiares que consigan el número de teléfono de su madre.

19 DE SEPTIEMBRE DE 2000. NUEVO LAREDO, MEXICO. Desvestidos hasta la ropa interior, el nicaragüense Gonzalo Rodríguez Toledo y otro centroamericano se zambullen en el río Grande en Nuevo Laredo, México. Texas está al otro lado. Dos semanas antes de esa noche, me asaltaron en el tren en el centro de México y perdí todo mi equipo fotográfico. Con la precaución de no mojar este par de repuestos, escondí mis Nikon en la orilla del río y los seguí hasta el agua con una cámara acuática barata.

Finalmente logra hablar con ella, y con la ayuda de unos coyotes logra cruzar la frontera. Inicialmente pedían $1200, pero una vez en territorio estadounidense llaman a Lourdes exigiendo $500 más.

Reunidos después de siete años, Enrique y su madre se abrazan en Carolina del Norte. "Este es mi hijo", dice ella. "Es un milagro que esté aquí". Enrique sobrevivió tres meses sobre rieles para llegar hasta ella. Los expertos calculan que 48.000 niños de Centroamérica y México entran cada año en Estados Unidos de forma ilegal y sin ninguno de sus padres.
Enrique y Lourdes se reencuentran finalmente. El nuevo novio de Lourdes le consigue un trabajo pintando casas. Aunque el reencuentro fue emotivo, pronto surgen roces entre madre e hijo. Enrique continúa consumiendo alcohol y drogas, incluyendo disolvente de pintura que consigue en su trabajo. Pronto se mete en problemas con la ley, al conducir por arriba del límite legal mientras consumía alcohol. En esa ocasión pasa la noche en la cárcel.Poco después de llegar a Estados Unidos, Enrique se entera de que efectivamente María Isabel estaba embarazada. Su hija Jasmín nace en noviembre de 2000. Pronto, una tía sugiere a María Isabel que se reencuentre con Enrique. “Si tengo la oportunidad, me iré. Dejaré a mi bebé acá”. “Tendremos que dejar a la bebé allá”, confirma Enrique.Dos años y medio después de su reencuentro, la relación de Enrique con su madre se vuelve bastante difícil, y sus problemas con alcohol comienzan a afectar su salud. No obstante, poco a poco comienza a mejorar sus hábitos y su relación con su madre.Finalmente, María Isabel hace el viaje y se reencuentra con Enrique. Seis meses más tarde, Jasmín hace el peligroso viaje con una coyote “de confianza”, siendo capturada en suelo estadounidense. No obstante, es liberada y entregada a sus padres con una orden de presentarse a una corte de migración. Poco después, la familia se muda a Florida, donde Enrique continúa su trabajo de pintura de casas. No obstante, es acosado constantemente por pandilleros afroamericanos debido a su estatus migratorio y, después de varios incidentes en los cuales pierde mucho dinero y casi pierde su vida, decide mudarse.Luego de un arresto que lo mantuvo preso durante catorce meses (tiempo durante el cual nació su segundo hijo), y con peligro de ser deportado, finalmente se le otorga en 2013 una visa gracias a una serie curiosa de eventos que involucran el testimonio de un robo que su hija presenció cuando apenas tenía 9 años.

ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN

Finalmente, la autora del ensayo/libro ha mantenido contacto con las familias y comenta que, debido a sus malos comportamientos, Lourdes finalmente sacó a Enrique de su casa en 2016, quien comenzó a vivir con otra mujer y quien además dejó de ver a sus dos hijos. En 2019, comenta que Enrique sigue pintando casas en Florida y que María Isabel, su ahora ex esposa, se casó con el cuñado de Lourdes. [2]

Fuentes

 

[1] Bartletti, D. (s. f.). Enrique’s journey. Recuperado de: https://donbartlettiphotography.com/enriques-journey

 

[2] Nazario, S. (s. f.). Update on the family. Recuperado de: http://enriquesjourney.com/about-the-family/update-2/

 

La historia de Enrique, con excepción de la actualización, fue obtenida de las siguientes fuentes:

Nazario, S. (2006). Enrique’s journey. Nueva York, NY: Random House Trade Paperbacks

Nazario, S. (2014). Enrique’s journey. Nueva York, NY: Random House Trade Paperbacks

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