Child with toy hand grenade in Central Park, N.Y.C. (1962)

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Diane Arbus (1923-1971) fue una fotógrafa estadounidense de ascendencia rusa cuyo estilo y obra fueron y siguen siendo sumamente influyentes en el arte fotográfico. Aunque estudió fotografía con varios de los fotógrafos más importantes del siglo pasado (Alexey Brodovitch, Lisette Model y Berenice Abbott), fueron Model y su propia experiencia y sensibilidad quienes definieron su estilo [1]. Arbus inició su carrera fotográfica junto con su esposo Allan, primero trabajando para la tienda por departamentos Russek (fundada por el padre de Arbus) y luego haciendo fotografía de moda para varias revistas, incluyendo Vogue y Glamour. En 1956 Arbus decide dejar de colaborar con su esposo y es cuando recibe clases con Model y es a partir de acá donde Arbus comienza a convertirse en la fotógrafa que conocemos hoy en día.

SUJETOS

La familia de Arbus era millonaria gracias al éxito de Russek, e inevitablemente esto derivó en una crianza rodeada de lujos, pero también marcada por la ausencia emocional de sus padres. Por otro lado, al igual que su madre, Arbus luchó con la depresión durante casi toda su vida. Estas pueden ser dos de las razones por las cuales Arbus se sentía atraída hacia lo que ella misma llamaba “freaks”, gente marginalizada y alienada que en principio era muy distinta a ella pero con quienes se sentía identificada a un nivel muy personal. Ejemplos de ellos pueden ser trasvestis, homosexuales, nudistas y bailarinas exóticas entre otros. Su enfoque en estos grupos ha recibido críticas de gente como Susan Sontag (a quien retrató en su momento), y es un debate que es común en fotografía. Al fotografiarlos, ¿los estamos explotando? En su defensa, Arbus dijo: “Hay una cualidad de leyenda en los ‘freaks’. Como una persona en un cuento de hadas que te detiene y exige que respondas a un acertijo. La mayoría de la gente va por la vida temiendo tener una experiencia traumática. Los ‘freaks’ nacieron con su trauma. Ya han pasado su prueba en la vida. Son aristócratas.” [2] A partir de sus palabras y de su trabajo podemos ver que hay una genuina curiosidad, pero también respeto y admiración ante los sujetos que retrataba. Si esto la absuelve o no de las críticas que recibió y que siguen recibiendo este tipo de fotografías queda a discreción del lector.

LA FOTOGRAFÍA

Por otro lado, los fotógrafos tienen una visión artística y una voz que quieren dar a escuchar a través de su obra. Esta fotografía es un perfecto ejemplo de esa “agenda”. Como dice el título, la imagen fue tomada en el Central Park de Nueva York. La primera vez que vi esta fotografía, pensé que se trataba de un niño con algún trastorno mental o que probablemente había sido fotografiado en un momento de rabia o desesperación (no sé si ustedes tuvieron la misma impresión). Sin embargo, si evaluamos la hoja de contactos podemos ver que se trataba de un niño “normal” que al parecer se encontraba feliz y a gusto con la sesión fotográfica improvisada.
Retrato por Dan Budnik (1967)
Retrato por Dan Budnik (1967)
Hoja de contactos
Hoja de contactos

Colin Wood era el hijo de siete años del tenista Sidney Wood, ganador de Wimbledon en 1931. Ese día había salido a jugar al parque en compañía de su niñera (la figura de negro justo detrás de su cabeza en la fotografía). En ese tiempo sus padres se estaban divorciando y Colin vivía con su madre. Tenía una predilección por juguetes bélicos como pistolas y granadas, con las cuales amenazaba a los otros niños de su escuela. También en la escuela hacía dibujos con fuego, serpientes y tanques. Arbus no conocía al niño, por lo que su encuentro fue fortuito. No obstante, probablemente identificó en él sentimientos frustración y enojo que pensó que podía descubrir a través de la fotografía.

Del momento, Arbus comenta que, en su percepción, el niño “… estaba exasperado conmigo.” [1] El propio Colin recuerda lo que sucedió ese día. Comenta que en esos tiempos solía comer una mezcla usada para preparar postres (Junket) y que eso lo ponía hiperactivo y con mucha energía. Ese día se encontraba en ese estado de hiperactividad cuando una extraña se acerca a él para tomarle fotografías. El resto de comentarios los hace viendo la fotografía y tratando de recordar lo que sucedió. Dice que él seguramente se estaba divirtiendo mientras posaba y que la fotógrafa le agradó. Supone que para la fotografía de la entrada, Arbus estaba pidiendo su colaboración para que realizara algo loco o extravagante. También comenta que esta fotografía captura una parte de lo que sentía en esa etapa de su vida a partir del divorcio de sus padres y la soledad que lo acompañaba. Y solo vemos una granada* (en su mano derecha) porque dice que seguramente había lanzado la otra por la ventana del apartamento donde vivía para ver si podía hacer explotar el callejón [3].

*Curiosamente, el escritor Norman Mailer al ser retratado por Arbus en 1963, y al no gustarle una de sus fotografías, dijo: “Dar una cámara a Diane es como poner una granada en las manos de un niño”. Harold Hayes, quien entrevistó a Mailer, comenta que no estaba haciendo referencia a la fotografía y que era muy improbable que la haya visto al momento de hacer el comentario [1].

Retrato por Arbus que no gustó a Mailer

Desde el punto de vista técnico, podemos ver en la hoja de contacto que la fotografía del niño fue tomada en formato 6×6 con película Adox R17 (DIN 17 o ISO 40). En cuanto a la cámara, Arbus utilizó una Rolleiflex [1].

 

Fuentes

[1] Lubow, A. (2016). Diane Arbus: Portrait of a photographer. Nueva York, NY: Ecco

 

[2] Arbus, D. e Israel, M. (1972). Diane Arbus: An Aperture Monograph. Millerton, NY: Aperture

 

[3] BBC. (2007). “We are family.” The Genius of Photography. Episodio 5

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