Helen Zout (1957- ) es una fotógrafa argentina-suiza que suele trabajar temas un poco difíciles de abordar, como la inmigración, salud mental, niños con VIH/sida y, relacionado con la fotografía de esta entrada, las secuelas del terrorismo de estado, específicamente en Argentina. Es otra de las talentosas fotógrafas como Paz Errázuriz, Graciela Iturbide y Adriana Lestido que ha recibido una Beca Guggenheim (en 2002). Antes de hablar de la fotografía tomaremos una muy breve lección de historia.
UN POCO DE HISTORIA
Luego del golpe de Estado en Argentina de 1976 que derrocó a Isabel Perón, el poder quedó en manos de una dictadura (al mando de Jorge Rafael Videla) que duró hasta 1983 y que fue instigada y asistida por los Estados Unidos a través de la Operación Cóndor* [1]. Durante estos años, se llevó a cabo una campaña de represión en contra de opositores, la cual incluía intimidación, secuestros, asesinatos y torturas. Es dentro de este contexto que inicia la historia de Jorge Julio López, el protagonista de la fotografía.
*Esta operación se convirtió años más tarde en la Operación Charly, cuyo objetivo era que el propio gobierno argentino (siempre con ayuda de los Estados Unidos) diera asistencia militar a las dictaduras centroamericanas, usando la experiencia y objetivos de la Operación Cóndor como modelo. Es más, asesores argentinos estuvieron directamente involucrados en la política de tierra arrasada que se implementó entre 1981 y 1983 acá en nuestro país [2].
López era un albañil que había escapado de su pueblo natal en 1955 debido a la persecución política que se estaba dando durante ese tiempo en contra de los peronistas. Ya instaurado en la ciudad de La Plata, un 27 de octubre de 1976 fue secuestrado junto con unos militantes del barrio donde vivía por fuerzas de seguridad comandadas por Miguel Osvaldo Etchecolatz, un oficial de la policía. Desde ese día hasta el 25 de junio de 1979 permaneció captivo, siendo sujeto y testigo de torturas. Después de ser liberado, regresó a una vida más o menos normal, dedicándose de nuevo a la albañilería con el mismo jefe para quien trabajaba antes de su secuestro [3].
JUSTICIA EN PELIGRO
A pesar de que Etchecolatz había sido condenado en 1986 a 23 años de prisión por asesinato, secuestro y tortura, no llegó a cumplir la condena debido a las llamadas “leyes de impunidad” sancionadas entre 1986 y 1990 por los gobiernos de los presidentes democráticamente electos Raúl Alfonsín y Carlos Menem, las cuales prevenían la persecución y condena a aquellos militares o civiles que cometieron delitos de lesa humanidad durante la dictadura de 1976-1983 [4]. Esto comenzaría a cambiar gracias a los denominados Juicios por la Verdad, los cuales no podían condenar a los criminales, pero sí tenían la habilidad de reconstruir una verdad jurídica sobre lo que había sucedido durante la dictadura y también de dar una voz a los sobrevivientes y sus familiares [5]. Es a través de estos juicios, que inician en 1998, que Zout y López se conocen.
HISTORIAS SIMILARES
Helen Zout no era ajena a los horrores de la dictadura. Su militancia casi le cuesta la vida, ya que estando embarazada de su primer hijo estuvo a punto de ser secuestrada como López, algo que la obliga a pasar a la clandestinidad (donde tuvo a sus primeros dos hijos). Durante estos años descubre la fotografía, la cual aparece, en sus palabras, como “salvación” ante el encierro y la necesidad de estar escondida y de encontrar una manera de expresarse. Cuando inician los Juicios por la Verdad, se reencuentra con algunos de sus amigos militantes y también comienza a fotografiar los testimonios de las víctimas, pero pronto decide hablar y fotografiarlas en privado. En 1999 conoce a López y, a lo largo de varias sesiones fotográficas y no fotográficas, habla con Zout acerca de lo que vivió durante sus años en captividad, lo que investigó tras ser liberado y lo que pensaba declarar si algún día tenía la oportunidad de hacerlo [6] [7].
LA FOTOGRAFÍA
Zout suele entablar una conversación con sus sujetos a la vez que los retrata. Al hablar de esta fotografía en particular, ella comenta que López hablaba mucho de lo que recordaba y que cuando recordaba, cerraba los ojos. En el momento en que Zout tomó esta fotografía, López recordaba el asesinato (del cual fue testigo directo) de sus amigos Patricia Dell’Orto y Ambrosio De Marco. Dell’Orto, horas antes de ser asesinada, le pidió a López que buscara a su familia y que le dijera a su hija que la amaba [7]. Este doble asesinato es otro de los eventos (además del hecho de ser uno de los querellantes) que motivó a López a, seis años más tarde, declarar como testigo en un juicio en contra de Etchecolatz, una oportunidad que esperaba por años.
EL AMARGO DESENLACE
La imagen de por sí ya es muy poderosa conociendo el contexto y los antecedentes. Tristemente, su impacto se vería multiplicado por lo que pasaría durante el juicio y su nombre original se lee hoy como una cruel broma del destino.
En 2004, Etchecolatz sería condenado a siete años de prisión por un crimen (robo de bebés) que no estaba amparado por las leyes de impunidad. En 2006, enfrentaría otro juicio por secuestro, tortura, muerte y desaparición de ocho civiles, entre ellos Patricia Dell’Orto y Ambrosio De Marco [4]. El 28 de junio, López volvería a declarar como testigo en un juicio que se da tras la anulación de las leyes que daban amparo a los criminales de guerra. Luego, el 18 de septiembre de ese mismo año, López debía comparecer de nuevo ante los tribunales, pero jamás se presentó y al día de hoy sigue desaparecido. Un día después, Etchecolatz sería condenado a cadena perpetua [3]. Esta segunda desaparición sigue sin ser resuelta, aunque no debe sorprender que el principal sospechoso es el propio Etchecolatz. En 2014, durante otro juicio, Etchecolatz fue fotografiado con un papel donde se lee el nombre de López y también la palabra “secuestrar”. Si no era una admisión, era una provocación repugnante.
El 30 de agosto de 2021 se inició otro juicio en contra de Etchecolatz por secuestros y torturas, de nuevo incluyendo a López dentro de las víctimas. El 13 de mayo de este año concluyó con una novena cadena perpetua para Etchecolatz [8], quien menos de un mes después recibió el beneficio y privilegio de prisión domiciliaria [9].
Fuentes
[1] McSherry, J. (2005). Predatory States. Operation Condor and Covert War in Latin America. Lanham, MD: Rowman & Littlefield Publishers, Inc.
[2] Joseph, G. y Spenser, D. (Eds.). (2008). In from the cold. Latin America’s new encounter with the Cold War. Durham, NC: Duke University Press
[3] Rosende, L. (2016, septiembre 17). Un tal Jorge Julio López. Política Argentina. Recuperado de: https://www.politicargentina.com/notas/201609/16658-un-tal-jorge-julio-lopez.html
[4] Vales, L. (2006, junio 24). Con los barrotes como horizonte. Página 12. Recuperado de: https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-68936-2006-06-24.html
[5] Di Meglio, E. (2019). Juicio por la Verdad en Mar del Plata, Argentina. Sobre el concepto de justicia en el relato de un testimonio. Revista Austral de Ciencias Sociales. 36:153-172
[6] Página 12 (2006, octubre 15). Las huellas que la dictadura dejó en López. Página 12. Recuperado de: https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-74508-2006-10-15.html
[7] Zout, H. y Cacopardo, A. (2015). Entrevista a Helen Zout: “Vuelvo sobre mi historia, sobre la memoria… es un camino medio infinito, es mi karma”. Aletheia, 6(11)
[8] Télam (2022, 13 mayo). Novena perpetua para Etchecolatz por torturas y crímenes en el Pozo de Arana. Télam. Recuperado de: https://www.telam.com.ar/notas/202205/592457-novena-perpetua-etchecolatz-torturas-crimenes-ddhh-pozo-de-arana.html
[9] Télam (2022, junio 9). Casación le otorgó prisión domiciliaria a Miguel Etchecolatz y a otros dos represores. Télam. Recuperado de: https://www.telam.com.ar/notas/202206/594949-casacion-prision-domiciliaria-etchecolatz-y-otros-dos-represores.html