Lourdes Grobet (1940-2022*) es otra de las grandes fotógrafas mexicanas que ha dejado un legado importante para la fotografía iberoamericana. Inició su carrera artística en la universidad, cuando decide estudiar artes plásticas. En esta época tuvo como profesora a Katy Horna [1], figura importante en la formación académica de Flor Garduño, cuyo trabajo mostré hace un par de meses. Después de un viaje a Francia en 1968 decide convertirse en fotógrafa debido a las posibilidades de experimentación que le brindaba la fotografía [1], [2].
*Falleció el 15 de julio en la Ciudad de México.
El trabajo de Grobet abarca varios géneros no solo dentro de la fotografía, sino también del arte. Ha estado involucrada en teatro, cine, video y en un plano general, arte contemporáneo a través de instalaciones y acciones, siendo una de las primeras fotógrafas iberoamericanas en adentrarse en este tipo de experimentación fotográfica y artística. Es por estas razones que se me ha dificultado hacer la selección de la fotografía para esta entrada, ya que al escoger una imagen de su serie de lucha libre corro el riesgo de perpetuar el (injusto) encasillamiento al cual ha sido forzada como la fotógrafa de la lucha libre o de los luchadores, algo que ella misma ha llegado a lamentar.
LA LUCHA LIBRE
Desde pequeña, Grobet fue fanática de la lucha libre. Su padre, sin embargo, se negaba a llevarla a ver las luchas en vivo [1]. Ya como adulta y como artista, decide en 1980 adentrarse en ese mundo con su cámara para documentar el trabajo y la vida de los luchadores y su entorno, un proyecto que duraría casi 30 años. En Chile, Paz Errázuriz hizo algo similar a finales de los 80 y principios de los 90. En Perú, Flavia Gandolfo documentó a luchadores (llamados “cachascanistas” en su país) en los 90. En Guatemala, Jorge Luis Chavarría realizaría series con una temática muy similar a mediados de los 2010. A pesar de la calidad de sus trabajos, el de Grobet resalta de los demás por su longevidad y profundidad.
EL CURA LUCHADOR
Como ya mencioné, el trabajo de Grobet incluye acciones, por lo que se podría pensar que la fotografía de esta entrada muestra una puesta en escena o un performance de un luchador fingiendo ser cura o sacerdote. En realidad, muchos de ustedes conocerán la historia de Sergio Gutiérrez Benítez, conocido también como Fray Tormenta, un sacerdote y luchador profesional cuya vida sirvió de inspiración para varias películas, siendo Nacho Libre (2006), protagonizada por Jack Black, la más famosa de ellas. Por lo tanto, esta fotografía muestra de manera genuina la mezcla de dos asuntos con los cuales muchos mexicanos se sienten íntimamente identificados: el catolicismo y la lucha libre.
OTRO TRABAJO
Finalmente, siento la necesidad de mostrar al menos dos ejemplos más del trabajo de Grobet. El primero demuestra la faceta conceptual/experimental que distingue a parte del cuerpo de trabajo de Grobet. La segunda, sacada también de su serie sobre la lucha libre, tiene mucho parecido con la fotografía que presentaré la próxima semana. Seguramente algunos de ustedes ya podrán anticiparse a cuál será.
Fuentes
Vargas, Itzel. (2019). Lucha libre. Entrevista a Lourdes Grobet. Gualichos. 1:26-32
Carballo, R. (2017, octubre 20). Lourdes Grobet y la identidad enmascarada. Semana. Recuperado de: https://www.semana.com/periodismo-cultural—revista-arcadia/articulo/la-femeninidad-y-masculinidad-en-el-arte-segun-lourdes-grobet/66200/