Si algunos de estos datos les parecen familiares, es porque Graciela Iturbide también ha retratado pueblos indígenas y trabajado bajo la tutela de Manuel Álvarez-Bravo. Las similitudes también se pueden ver en algunas fotografías de Garduño, claramente inspiradas por ambos fotógrafos. No obstante, el cuerpo de trabajo de Garduño es influyente por méritos propios. Como he mencionado en varias ocasiones, una sola fotografía no suele encapsular la variedad y complejidad del trabajo de un fotógrafo y esta no es la excepción. Garduño no solo tiene dominio sobre la fotografía moderna en sus formas tradicionales (retrato, desnudo femenino, naturaleza muerta), sino que también posee el talento para desenvolverse fácilmente en la fotografía contemporánea.
LA FOTOGRAFÍA
La fotografía de la entrada (tomada en Sumpango, Sacatepéquez) es parte de su libro “Testigos del tiempo”, para el cual viajó a Bolivia, Ecuador, Guatemala, Perú y México [1]. En sus propias palabras, con este trabajo quiso mostrar la belleza, cultura y riqueza de los pueblos de Latinoamérica, además de su lucha y resistencia cultural. Desde el punto de vista técnico, y juzgando por la relación de aspecto de la imagen, la fotografía podría haber sido fue tomada con su Leica (menciona que trabaja además con Rolleiflex y Hasselblad, ambas con relación de aspecto 1:1) [2].
VÍNCULOS CON GUATEMALA
Más allá de las fotografías que vino a tomar a nuestro país, ha expuesto en el Museo Nacional de Arte Moderno “Carlos Mérida” (entre 1996 y 1997 y luego en 2010 para el Festival Guatephoto) y en 2017 para la Fundación Rozas Botrán.
Fuentes