Pareciera ser que la compra de una memoria para cámara es demasiado simple. Solo veo si necesito una SD o CF, hago un cálculo rápido para saber qué capacidad sería útil y la compro. Sin embargo, hay otros aspectos que debemos evaluar para tomar una buena decisión. Debemos tomar en cuenta el tipo de fotografía que hacemos o queremos hacer, las demandas que nuestro trabajo requiere y las características de nuestra cámara para así comprar la memoria con especificaciones acordes a nuestras necesidades. En otra entrada mencionaba brevemente a las memorias como una parte vital de nuestro equipo fotográfico pero decidí que, al ser un tema más complejo de lo que parece, lo abordaría en otras entradas. Comencemos con la primera parte.
TIPOS DE MEMORIA
Aunque existen varios tipos, los dos más utilizados en fotografía son las SD (Secure Digital) y las CF (CompactFlash). Las cámaras pueden usar una o la otra, incluso ambas a la vez en algunos modelos. Por lo tanto, el tipo de memoria que usemos no depende de nuestras preferencias, sino del diseño de la cámara.
MEMORIAS SD
Este es el tipo de memoria más utilizado y conocido. Se usa tanto en cámaras compactas como en las de lentes intercambiables. A continuación describo los tipos de memorias SD que existen:
SD
Esta denominación se refiere a la primera generación de memorias de este tipo. Tanto su capacidad (2 GB máximo) como su velocidad (12.5 MB/s) son hoy en día muy limitadas.
SDHC
La primera versión mejorada de las memorias SD. El HC se refiere a “High Capacity”, con una capacidad máxima de 32 GB.
SDXC
La segunda versión mejorada de las memorias SD. El XC se refiere a “Extended Capacity”, con una capacidad máxima de 2 TB.
SDUC
La tercera versión mejorada de las memorias SD. El UC se refiere a “Ultra Capacity”, con una capacidad máxima de 128 TB.
Hay que mencionar que estos cuatro tipos de memoria son físicamente idénticos (con alguna que otra excepción como el número de pines) y cabrán perfectamente en cualquier ranura diseñada para memorias SD. El problema puede darse con la tecnología que poseen, ya que existen ranuras estándar, HS, UHS-I, UHS-II y UHS-III. La diferencia entre ellas es la velocidad máxima a la cual pueden escribir. Es probable que cámaras muy antiguas que usan memorias SD (ranura estándar) no reconozcan alguna memoria más reciente como las UHS-II o UHS-III por ejemplo.
Otra característica de las memorias SD en general es la presencia de una marca física para la protección contra escritura, la cual puede evitar la sobreescritura o borrado accidental de datos. Si la opción está activada, la cámara no podrá guardar las fotografías.
Finalmente, dentro de esta categoría existen las memorias microSD, que son físicamente más pequeñas y son las utilizadas en celulares y otras cámaras pequeñas como las GoPro. Por experiencia y observación personales no recomiendo el uso de este tipo de memorias (con adaptadores) en cámaras que usan memorias SD de cualquier tipo.
MEMORIAS CF
Debido a su dureza y resistencia, velocidad y capacidad, estas han sido usadas en equipos profesionales. En cuanto a sus características relacionadas con fotografía, podemos mencionar la interface que controla la transferencia de datos hacia la memoria. Actualmente la última tecnología es la UDMA 7, la cual puede ser incompatible o no funcionar correctamente en cámaras antiguas.
CAPACIDAD
Otra característica que está ligada a las especificaciones de la propia cámara es la capacidad de la memoria. Obviamente, entre más capacidad de almacenaje tengamos, más fotografías podemos guardar en una misma memoria. Pero, ¿qué tanto es mucho o poco? Una fotografía en formato Raw puede pesar desde 10 MB (Nikon D80) hasta más de 200 MB (Fuji GFX100). Por lo tanto, la capacidad de nuestra memoria dependerá del tamaño de nuestras fotografías. Continuando con el ejemplo, sería absurdo comprar una memoria de 2 TB (200,000 fotografías) para una D80, o una memoria de 8 GB (40 fotografías) para una GFX100. En ambos casos estaríamos gastando dinero por gusto y, en el segundo, limitando severamente nuestra capacidad para fotografiar.
Es difícil sugerir un número máximo de fotografías por memoria ya que esto depende del tipo de fotografía que hagamos y nuestros hábitos entre otros aspectos. Personalmente (esta no es una recomendación, solo una observación), una memoria donde yo pueda almacenar como mínimo 200 fotografías en formato Raw sería suficiente para la gran mayoría de mis sesiones fotográficas (siguiendo el ejemplo anterior, una memoria de 2 GB para la D80 y una de 40 o 64 GB para la GFX100). Ojo, que también hay que tomar en cuenta el hecho de que algunas personas toman fotografías en Raw y JPEG a la vez, con lo cual necesitarían memorias con mayor capacidad.
En la próxima entrada explicaré uno de los temas menos comprendidos con respecto a las especificaciones de las memorias: la(s) velocidad(es) de lectura y escritura.