Su cuerpo de trabajo, sin embargo, no se restringe a retratos de estudio. También se dedicó a viajar para retratar no solo a ruinas y arquitectura incas, sino también a la cultura indígena con su gente y paisajes.
A partir de 1917 participó en numerosas exposiciones no solo en Perú, sino también en Bolivia, Chile y México. Su trabajo también se publicó en varios periódicos de Argentina, Chile, México y, por supuesto, Perú [3]. En 1938, varias de sus fotografías ilustraron un artículo de la National Geographic sobre los Incas.
Aunque su trabajo era conocido y admirado en Sudamérica, un redescubrimiento y el reconocimiento a nivel mundial vino después de su muerte gracias a Edward Ranney, un fotógrafo y arqueólogo estadounidense que trabajó en Cusco y que, al conocer el trabajo de Chambi, decidió organizar y catalogar su obra, además de documentar su vida y contribuciones artísticas [3]. En 1979, Ranney organizó una exposición con fotografías de Chambi en la Universidad de Nuevo México, Estados Unidos, la cual posteriormente viajó a otros estados y también a Londres. Ese mismo año, Ranney y Chambi expusieron en el MoMA [4], un hecho que ratifica de manera indirecta el valor artístico de su obra a pesar de lo que el crítico Gene Thorton escribió acerca de ella (comparando también el trabajo de Chambi con el de Irving Penn, quien también retrató a indígenas en Cusco): “… Chambi y Penn fotografiaron al mismo tipo de personas en el mismo tipo de estudio anticuado y con luz natural. Incluso utilizaron el mismo tipo de poses convencionales, aunque Penn, el sofisticado fotógrafo de revistas de Nueva York, hizo algo mucho más elegante con ellas. Chambi era simplemente el fotógrafo de retratos local que hacía su trabajo, y si sus fotografías de los años 20 y 30 parecen tener estilo, es el tipo de estilo ingenuo e inconsciente…”. Y agrega con descaro y prejuicio: “… las fotografías de Chambi constituyen un retrato de un tipo de sociedad que fue, y sigue siendo, característica de gran parte de América Latina… Se trata de una sociedad provinciana, europea en sus formas y aspiraciones, pero muy poco europea en su población. [5]” ¿Qué tal?
A pesar de su identidad indígena y de su indigenismo (entendido como el estudio de su cultura), algunos de sus contemporáneos lo criticaron por no haber tomado una posición política más abierta y energética en contra de las injusticias y desigualdades que los pueblos indígenas han tenido que soportar desde la conquista [6]. No obstante, la mirada de Chambi definitivamente no cae en la trampa de mostrar a los indígenas desde una posición condescendiente, como una curiosidad o como “algo” exótico, un error que suelen cometer los fotógrafos y artistas estadounidenses y europeos cuando dirigen su mirada hacia los pueblos originarios.
Como ya mencioné anteriormente, el trabajo de Chambi fue muy variado, por lo que la fotografía de esta entrada no pretende destilar su talento y obra en una sola imagen. Lo interesante de ella es su valor icónico, ya que a través de siluetas podemos ubicarnos geográficamente de manera muy fácil (si no supiéramos que es Perú específicamente, al menos sí sabríamos que es Sudamérica y, específicamente, la región andina indígena).
Fuentes
[1] López, A. (2020, noviembre 5). Martín Chambi, el indígena que retrató al pueblo peruano. El País. Recuperado de: https://elpais.com/cultura/2020-11-05/martin-chambi-el-indigena-que-retrato-al-pueblo-peruano.html
[2] Garay, A. (Ed.). (2017). Cusco revelado. Fotografías de Max T. Vargas, Max Uhle y Martín Chambi. Berlín, Piura: Ibero-Amerikanisches Institut; Universidad de Piura
[3] Camp, R. (1978). Martin Chambi, Photographer of the Andes. Latin American Research Review. 13(2): 222-228
[4] Penhall, M. (2000). The invention and reinvention of Martín Chambi. History of Photography. 24(2): 106–112
[5] Thorton, G. (1979, abril 15). Photography view. The New York Times. Recuperado de: https://www.nytimes.com/1979/04/15/archives/photography-view-evocations-of-the-commonplace.html
[6] Garay, A., y Latorre, J. (2007). Martín Chambi: A “self-portrait.”. History of Photography. 31(2): 201–209